Rodeado de valles, cañones y ríos cristalino, Urubici un refugio perfecto al calor Brasileño

Redacción (Madrid)

Urubici, una encantadora ciudad ubicada en el estado de Santa Catarina, Brasil, es un destino que sorprende por sus paisajes montañosos, cascadas impresionantes y un clima fresco que contrasta con el resto del país. Conocida como la capital del turismo ecológico de la región, Urubici se encuentra en el corazón de la Sierra Catarinense y ofrece una experiencia única para los amantes de la naturaleza, la aventura y la tranquilidad. Este pequeño pueblo, rodeado de valles, cañones y ríos cristalinos, es un refugio perfecto para quienes buscan conectar con la belleza natural y descubrir uno de los secretos mejor guardados de Brasil.

Urubici se destaca por sus impresionantes paisajes y su entorno natural preservado, caracterizado por montañas verdes, valles profundos y cascadas que dejan sin aliento. Uno de los puntos más emblemáticos es el Morro da Igreja, que con sus 1,822 metros de altura es el punto más alto accesible por carretera en el sur de Brasil. Desde su cima, se puede apreciar una vista panorámica de la región, incluyendo la icónica Pedra Furada, una formación rocosa con un agujero natural que se ha convertido en uno de los símbolos de Urubici. Este lugar es especialmente hermoso al amanecer, cuando la niebla y los primeros rayos de sol crean un espectáculo visual impresionante.

Otro atractivo natural es la Cascada Véu de Noiva, una de las muchas cascadas que salpican el paisaje de Urubici. Con sus 62 metros de caída, esta cascada se encuentra rodeada de exuberante vegetación y ofrece un escenario perfecto para la fotografía y la relajación. La Cascada do Avencal, de 100 metros de altura, es otra de las más visitadas y cuenta con miradores que permiten observar la magnitud de la caída de agua desde diferentes ángulos.

Urubici es un paraíso para los amantes del senderismo y las actividades al aire libre. Existen numerosos senderos que atraviesan bosques de araucarias, cañones y ríos, ofreciendo a los visitantes la oportunidad de explorar la naturaleza de cerca. El Sendero del Cañón de Espraiado es uno de los más populares, llevando a los excursionistas a lo largo de imponentes acantilados con vistas panorámicas del valle y la oportunidad de ver águilas y otras aves rapaces en su hábitat natural.

Además de las caminatas, Urubici ofrece actividades como el rappel en cascadas, paseos a caballo y vuelos en parapente, ideales para quienes buscan emociones fuertes y desean experimentar la adrenalina en medio de paisajes impresionantes. Durante el invierno, Urubici se convierte en uno de los pocos lugares en Brasil donde puede nevar, atrayendo a visitantes que desean experimentar un clima único en el país tropical.

Aunque la naturaleza es la protagonista en Urubici, la ciudad también ofrece una rica historia y cultura local que vale la pena explorar. En el centro de la ciudad, se pueden encontrar pequeñas tiendas de artesanía y productos regionales, como vinos, quesos y dulces tradicionales elaborados con frutas locales. Los habitantes de Urubici son conocidos por su hospitalidad y amabilidad, haciendo que los visitantes se sientan como en casa.

Un sitio histórico importante es la Iglesia Matriz Nossa Senhora Mãe dos Homens, una encantadora iglesia de estilo gótico que se destaca en el paisaje urbano de la ciudad. Además, el Museo de Urubici ofrece una mirada a la historia de la región, exhibiendo artefactos indígenas y objetos relacionados con los primeros colonizadores europeos.

La gastronomía de Urubici es otro de sus atractivos, con platos que reflejan la mezcla de influencias europeas y los ingredientes locales de la región. Los restaurantes de la ciudad son famosos por sus carnes a la parrilla, sopas y platos a base de trucha, un pescado que se cría en los ríos fríos y limpios de la sierra. La cocina casera, con ingredientes frescos y de calidad, brinda una experiencia culinaria reconfortante y auténtica.

Los vinos producidos en la región también merecen una mención especial. Urubici forma parte de la Ruta de los Vinos de Santa Catarina, y varias bodegas locales ofrecen degustaciones de vinos y espumantes que combinan perfectamente con la gastronomía local.

Urubici cuenta con una amplia oferta de alojamientos que van desde acogedoras posadas rurales hasta lujosos chalets de montaña, ideales para quienes buscan una escapada romántica o un fin de semana de descanso en contacto con la naturaleza. Muchas de estas posadas ofrecen vistas espectaculares, chimeneas para las noches frías y desayunos abundantes con productos caseros como mermeladas, panes y quesos artesanales.

El turismo rural es una parte integral de la experiencia en Urubici. Los visitantes pueden hospedarse en granjas y estancias, donde es posible participar en actividades como la ordeña, la cosecha de frutas o simplemente disfrutar de la vida en el campo. Esta conexión con la naturaleza y la vida rural brinda una experiencia auténtica y relajante que atrae a familias, parejas y viajeros solitarios por igual.

Hoy en día, Urubici es un destino emergente que ha ganado popularidad entre los turistas que buscan escapar del ajetreo de la ciudad y conectarse con la naturaleza en su forma más pura. Su enfoque en el turismo sostenible y la preservación del medio ambiente lo convierten en un ejemplo a seguir en la región. La comunidad local se ha comprometido a mantener la belleza natural y cultural de Urubici, haciendo del turismo una fuente de orgullo y una herramienta para la conservación.

Urubici es un destino que combina la majestuosidad de la naturaleza con la calidez de su gente y la riqueza de su cultura. Con paisajes que quitan el aliento, una oferta variada de actividades al aire libre y una gastronomía que deleita los sentidos, Urubici invita a los visitantes a descubrir un Brasil diferente, lleno de tranquilidad, aventura y belleza. Para quienes buscan un lugar especial donde el tiempo parece detenerse y la naturaleza muestra su lado más impresionante, Urubici es, sin duda, una joya escondida que merece ser explorada.

Descubriendo Villa de Leyva, un tesoro colonial en el corazón de Colombia

Redacción (Madrid)

Villa de Leyva, un encantador pueblo colonial ubicado en el departamento de Boyacá, Colombia, es un destino turístico que ofrece una mezcla única de historia, arquitectura, naturaleza y cultura. Fundada en 1572, esta villa se ha conservado casi intacta a lo largo de los siglos, brindando a sus visitantes una experiencia auténtica del pasado colonial. Con sus calles empedradas, plazas amplias y construcciones de adobe blanco, Villa de Leyva es un viaje en el tiempo que no deja indiferente a quienes la visitan.

Uno de los mayores atractivos de Villa de Leyva es su patrimonio arquitectónico bien conservado. La Plaza Mayor, una de las más grandes de América Latina, es el corazón del pueblo y un punto de encuentro para locales y turistas. Rodeada de edificios coloniales, tiendas de artesanías y restaurantes, esta plaza es el lugar perfecto para iniciar un recorrido por la villa. La Iglesia Parroquial, ubicada en uno de los extremos de la plaza, es un ejemplo destacado de la arquitectura colonial y un lugar de interés para quienes aprecian la historia religiosa.

Caminando por las calles empedradas, los visitantes pueden descubrir numerosas casas coloniales, muchas de las cuales han sido convertidas en museos, tiendas y alojamientos. El Museo del Carmen, el Claustro de San Agustín y la Casa de Juan de Castellanos son solo algunos de los sitios que reflejan la rica historia y cultura de Villa de Leyva.

Más allá de su riqueza histórica, Villa de Leyva también ofrece una variedad de atractivos naturales y actividades al aire libre. El desierto de La Candelaria, con su peculiar paisaje árido, es un lugar ideal para realizar caminatas y explorar formaciones rocosas únicas. Este desierto es también hogar de la Laguna de Iguaque, un sitio sagrado para los indígenas muiscas, donde los viajeros pueden disfrutar de una caminata desafiante pero gratificante hasta la laguna, rodeada de mitos y leyendas.

Otro destino popular es el Parque Arqueológico de Moniquirá, conocido como el «Infiernito». Este sitio alberga un conjunto de megalitos utilizados por los muiscas para ceremonias religiosas y observaciones astronómicas. Los visitantes pueden aprender sobre la astronomía precolombina y la importancia cultural de este lugar a través de visitas guiadas.

Para los amantes del ecoturismo, el Parque Nacional Natural Iguaque ofrece rutas de senderismo que atraviesan diversos ecosistemas, desde bosques andinos hasta páramos. Los viajeros pueden observar una rica biodiversidad de flora y fauna, incluyendo especies endémicas y en peligro de extinción.

Villa de Leyva es también conocida por sus vibrantes festividades y eventos culturales que atraen a visitantes de todo el mundo. El Festival del Viento y las Cometas, celebrado en agosto, transforma el cielo del pueblo en un espectáculo colorido, mientras que el Festival de Astronomía en febrero invita a los entusiastas de las estrellas a explorar el cosmos desde uno de los mejores lugares para la observación astronómica en Colombia.

Durante la Semana Santa, Villa de Leyva se convierte en un escenario de procesiones solemnes y eventos religiosos que reflejan la profunda fe católica de la región. Además, el Festival del Árbol de Navidad, en diciembre, ilumina la villa con luces y decoraciones navideñas, creando un ambiente festivo y acogedor.

La gastronomía local es otro atractivo importante de Villa de Leyva. Los visitantes pueden deleitarse con platos tradicionales como el ajiaco, la changua y la arepa boyacense en los numerosos restaurantes y cafeterías del pueblo. Los mercados locales ofrecen una variedad de productos frescos y artesanías, desde tejidos y cerámicas hasta joyería hecha a mano, ideales para llevarse un recuerdo de este encantador lugar.

Villa de Leyva es un destino que encapsula la esencia de la historia, la naturaleza y la cultura colombianas. Su arquitectura colonial bien preservada, sus paisajes naturales impresionantes y su rica tradición cultural hacen de esta villa un lugar único y memorable para los viajeros. Ya sea explorando sus museos, caminando por sus calles empedradas, participando en festividades locales o disfrutando de la gastronomía regional, Villa de Leyva ofrece una experiencia turística completa y enriquecedora.

En resumen, Villa de Leyva es un tesoro escondido en el corazón de Colombia que invita a los visitantes a descubrir y disfrutar de su inigualable encanto y belleza.

El Salvador, tesoros naturales y culturales de centroamérica

Redacción (Madrid)

En el corazón de Centroamérica, se encuentra un destino cautivador que combina la belleza natural con una rica herencia cultural: El Salvador. Este pequeño país, conocido como «la tierra de los volcanes», ofrece a los viajeros una amplia variedad de experiencias que van desde playas impresionantes hasta sitios arqueológicos fascinantes, pasando por pueblos pintorescos y una gastronomía deliciosa.

Uno de los mayores atractivos de El Salvador son sus playas vírgenes, bañadas por las cálidas aguas del océano Pacífico. Lugares como Playa El Tunco, La Libertad y El Cuco son ideales para los amantes del surf y el buceo, mientras que destinos como Costa del Sol y Playa El Zonte son perfectos para relajarse y disfrutar del sol y el mar.

Además de sus playas, El Salvador cuenta con una naturaleza impresionante, que incluye volcanes majestuosos, exuberantes selvas tropicales y lagos cristalinos. El Parque Nacional El Boquerón, ubicado en el volcán de San Salvador, ofrece espectaculares senderos para practicar senderismo y vistas panorámicas del cráter del volcán. El Lago de Coatepeque, con sus aguas azules y sus playas de arena negra, es otro destino popular para los amantes de la naturaleza.

Pero El Salvador no es solo naturaleza. El país también tiene una rica historia y una cultura vibrante que vale la pena explorar. Sitios arqueológicos como Joya de Cerén, conocida como la «Pompeya de América», y Tazumal, con sus imponentes pirámides, ofrecen una fascinante visión del pasado precolombino de la región. Además, los pueblos coloniales como Suchitoto y Juayúa son perfectos para pasear por sus calles empedradas y descubrir sus encantadores mercados y festivales tradicionales.

En cuanto a la gastronomía, El Salvador ofrece una deliciosa variedad de platos tradicionales, como las pupusas, las cuales son tortillas de maíz rellenas de queso, frijoles o carne, acompañadas de curtido y salsa de tomate. Otros platos típicos incluyen el ceviche de concha negra, las yucas fritas y el atol de elote, una bebida caliente hecha con maíz y leche.

En resumen, El Salvador es un destino completo que ofrece una combinación perfecta de naturaleza, historia y cultura. Ya sea explorando sus playas impresionantes, sus sitios arqueológicos fascinantes o sus pueblos pintorescos, los viajeros encontrarán en El Salvador una experiencia inolvidable que los dejará con ganas de volver una y otra vez. Sin duda, este pequeño país centroamericano es un verdadero tesoro por descubrir.

Explorando las ruinas de Mar del Plata, testigos del tiempo

Redacción (Madrid)

Las Ruinas de Mar del Plata, ubicadas en la costa atlántica de Argentina, son un cautivador testimonio de la historia que se entrelaza con la belleza natural de este destino turístico. Este enclave, también conocido como «Villa Epecuén», es un lugar intrigante que evoca el pasado glorioso de Mar del Plata.

Las ruinas se sumergen en las aguas saladas del lago Epecuén, que, paradójicamente, fue el origen de su apogeo y su eventual decadencia. En su época dorada, Villa Epecuén era un balneario vibrante, famoso por sus propiedades terapéuticas atribuidas a las altas concentraciones de sal en el agua. Sin embargo, en 1985, las aguas del lago crecieron de manera desmesurada, engullendo la villa y dejándola sumergida por casi tres décadas.

En las últimas décadas, las aguas comenzaron a retirarse, revelando gradualmente las ruinas de Villa Epecuén. Este fenómeno natural ha creado un escenario fotogénico único, donde las estructuras desmoronadas y las huellas del pasado emergen de las aguas salinas. Es como si el tiempo hubiera congelado el esplendor de antaño en este paisaje decadente.

Caminar entre las ruinas de Mar del Plata es embarcarse en un viaje en el tiempo. Aunque la mayoría de las estructuras han cedido ante la naturaleza, algunas paredes desgastadas y esqueletos de edificaciones aún sostienen la memoria de un lugar que alguna vez fue un bullicioso centro turístico. Los visitantes pueden deambular por las calles fantasmas, imaginar la vida que una vez vibró aquí y reflexionar sobre la fragilidad de los destinos humanos frente a la naturaleza implacable

Las ruinas de Mar del Plata se han convertido en un imán para fotógrafos y artistas que buscan capturar la mezcla única de desolación y belleza. Cada rincón cuenta una historia, desde las antiguas estructuras desvanecidas hasta los restos de automóviles oxidados. El sol poniente arroja una luz cálida sobre este paisaje casi surrealista, creando oportunidades para instantáneas que evocan melancolía y admiración.

A medida que las Ruinas de Mar del Plata emergen del olvido, algunos proyectos culturales y eventos han comenzado a revitalizar la zona. Exposiciones de arte al aire libre, conciertos y actividades comunitarias buscan dar nueva vida a este lugar sumido en la quietud.

Las Ruinas de Mar del Plata no son solo un destino turístico, sino un recordatorio de la fugacidad de la grandeza humana frente a las fuerzas de la naturaleza. Este sitio, con su aura nostálgica, invita a los visitantes a contemplar la interconexión entre el hombre y su entorno, y a apreciar la belleza que puede surgir de la decadencia. En cada ruina, se encuentra una lección sobre la resistencia, la adaptabilidad y la capacidad de la naturaleza para reclamar lo que una vez fue suyo.