Un destino histórico del báltico, Riga, la capital letona

Redacción (Madrid)

Ubicada a orillas del río Daugava, Riga, la capital de Letonia, es una joya europea que combina historia, arquitectura impresionante y una vibrante vida cultural. Esta ciudad, la más grande de los países bálticos, se ha convertido en un destino turístico cada vez más popular gracias a su atmósfera cosmopolita y su riqueza patrimonial. En Riga, el pasado medieval convive armoniosamente con la modernidad, ofreciendo a los visitantes una experiencia única.

El casco antiguo de Riga, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es el corazón histórico de la ciudad. Calles empedradas, iglesias góticas y casas de gremios medievales transportan a los viajeros a siglos pasados. La Catedral de Riga y la Iglesia de San Pedro son algunos de los hitos arquitectónicos más destacados, junto con la célebre Casa de las Cabezas Negras, un edificio renacentista reconstruido con gran fidelidad.

Además, Riga ofrece una de las colecciones más grandes de arquitectura Art Nouveau en Europa. Al caminar por el distrito de Alberta iela, los turistas quedan maravillados por las fachadas ornamentadas, figuras mitológicas y detalles únicos que adornan cada edificio. Esta expresión artística, símbolo del auge económico de la ciudad a principios del siglo XX, se ha convertido en uno de los principales atractivos turísticos.

Más allá de su valor histórico, Riga es una ciudad con una intensa vida cultural. Museos como el Museo Nacional de Arte de Letonia o el Museo de la Ocupación ofrecen perspectivas valiosas sobre la historia y el arte letones. Al caer la noche, la ciudad se transforma con bares acogedores, cafeterías bohemias y una escena musical vibrante que va desde conciertos de música clásica hasta festivales de electrónica.

Riga también es un punto de encuentro para eventos internacionales como el Festival de Luz «Staro Riga» o el Mercado de Navidad en la Plaza del Ayuntamiento, ambos experiencias mágicas que reflejan el espíritu acogedor y creativo de la ciudad.

La cercanía al mar Báltico y a parques naturales permite combinar la visita urbana con actividades al aire libre. El parque Bastejkalna o la playa de Jūrmala, a solo media hora de distancia, son opciones ideales para quienes buscan relajación en entornos naturales.

La gastronomía en Riga es otro punto a destacar. Desde platos tradicionales como el grey peas with speck (guisantes con tocino) hasta opciones gourmet en restaurantes modernos, la oferta culinaria mezcla raíces bálticas con tendencias contemporáneas. Los mercados como el Central Market, ubicado en antiguos hangares de zepelines, son ideales para explorar sabores locales y productos artesanales.

Riga es mucho más que una capital báltica: es un destino que sorprende por su belleza, su historia y su espíritu creativo. Ofrece una experiencia completa al viajero curioso, desde el deleite estético de sus calles hasta la calidez de su gente. Quienes visitan Riga no solo descubren una ciudad encantadora, sino también una puerta abierta al alma del norte de Europa.

La Sierra de Mariola, un espacio natural encantador e inexplorado del levante español

Redacción (Madrid)

En el interior de la provincia de Alicante, donde la vegetación mediterránea se entrelaza con antiguos caminos de piedra y el aire huele a hierbas silvestres, se alza la Sierra de Mariola, uno de los espacios naturales más encantadores y menos explorados del levante español. Declarada Parque Natural en 2002, esta sierra no solo es un pulmón verde de biodiversidad, sino también un refugio cultural cargado de historia, leyendas y silencio.

La Sierra de Mariola es uno de esos destinos que no se visitan por casualidad: se elige ir. Y una vez que se entra en su ritmo pausado, en sus senderos flanqueados por carrascas, fuentes y masías olvidadas, es fácil entender por qué ha inspirado a poetas, botánicos y viajeros durante siglos.

Uno de los mayores tesoros de Mariola es su riqueza botánica. Conocida desde tiempos antiguos por la abundancia de plantas medicinales y aromáticas, esta sierra da nombre incluso a la famosa infusión digestiva valenciana: el “herbero de Mariola”. Pasear por sus laderas es un deleite para los sentidos: romero, tomillo, espliego, manzanilla, ajedrea… El olor cambia con el viento y la estación.

Sus múltiples senderos, bien señalizados, conectan antiguos molinos, neveros (pozos de nieve) y fuentes naturales. Rutas como la subida al Montcabrer, su pico más alto (1.390 m), ofrecen panorámicas espectaculares de los valles del interior alicantino y valenciano.

En torno a la sierra se encuentran pueblos con un fuerte carácter y tradición. Bocairent, con su casco histórico medieval esculpido en piedra, es quizás el más famoso. Sus cuevas moriscas, su plaza de toros tallada en roca y sus calles estrechas parecen detenidas en el tiempo.

Otros pueblos como Agres, Alfafara o Muro de Alcoy son menos conocidos pero igualmente encantadores, ideales para perderse entre calles tranquilas, probar la gastronomía local y escuchar a los mayores contar historias de nieves eternas y contrabandistas de montaña.

Más allá de su belleza natural, Mariola guarda un patrimonio escondido. Entre sus montañas se encuentran antiguos neveros o «cavas», como la impresionante Cava Arquejada, construida entre los siglos XVI y XVIII para almacenar nieve y venderla durante el verano en ciudades costeras como Valencia o Alicante.

También abundan las ermitas solitarias, como la de la Virgen de Agres, lugar de peregrinación desde el siglo XV, y vestigios de antiguos caminos de trashumancia y torres de vigilancia de la época islámica.

Visitar la Sierra de Mariola es un acto de desaceleración. Aquí no hay grandes hoteles ni masificaciones. La mayoría de alojamientos son casas rurales, hospederías y pequeños hoteles familiares que invitan al descanso, a la lectura o a contemplar las estrellas en noches claras.

Es un destino ideal para el turismo de bienestar, la fotografía de naturaleza, el senderismo, las rutas en bici o simplemente para reconectar con uno mismo.

La Sierra de Mariola no necesita artificios para enamorar. Su encanto radica en la autenticidad, en la armonía entre paisaje y tradición, en la sensación de caminar por caminos antiguos sabiendo que otros lo hicieron siglos atrás. Es un lugar donde el tiempo no se detiene, pero sí se suaviza.

Quien descubre Mariola no solo encuentra un destino, sino también una forma de viajar más consciente, más íntima y más respetuosa.

Dormir bajo las estrellas, qué es el vivac y cómo practicarlo legalmente en España

Redacción (Madrid)

En un mundo cada vez más acelerado y urbano, la necesidad de conectar con la naturaleza se ha convertido en un anhelo común. El vivac, una forma minimalista de pernoctar al aire libre sin tienda de campaña, ofrece una experiencia íntima y directa con el entorno. No se trata solo de dormir bajo las estrellas: es una manera de reconectar con lo esencial, alejados del bullicio, con lo mínimo y lo justo.

Pero antes de lanzarse a la montaña con el saco de dormir, es importante conocer qué implica exactamente el vivac y cuáles son los requisitos legales para realizarlo en España sin dañar el medio ni incurrir en sanciones.

El vivac consiste en dormir al raso, habitualmente con un saco de dormir, esterilla y, en algunos casos, una funda de vivac o toldo ligero. A diferencia de la acampada, no se instala una tienda ni se ocupa un espacio físico de forma estable o prolongada. Se considera una práctica discreta, de bajo impacto, pensada para montañistas, senderistas o aventureros que desean pasar la noche en plena naturaleza sin dejar huella.

La respuesta depende de la comunidad autónoma y del tipo de espacio natural. A diferencia de la acampada libre, que está prohibida en la mayoría del país, el vivac se encuentra en un vacío legal parcial. No está expresamente regulado en muchas zonas, pero suele tolerarse si se cumplen ciertos principios básicos:

  1. Discreción total: El vivac debe hacerse al anochecer y desmontarse al amanecer.
  2. No dejar rastro: Todo lo que se lleve debe volver contigo. Nada de basura, fuego o alteración del entorno.
  3. Sin estructuras: No se permite montar tiendas, carpas ni instalaciones fijas.
  4. Fuera de zonas protegidas sin autorización: En parques nacionales o naturales, es necesario consultar previamente o pedir permiso expreso. Por ejemplo:
    • En el Parque Nacional de los Picos de Europa y en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, el vivac está permitido a partir de cierta altitud y lejos de caminos principales, pero con normas estrictas.
    • En la Sierra de Guadarrama, el vivac se permite por encima de los 2.100 metros, fuera de áreas de uso restringido.
  5. No encender fuego: Está prohibido hacer fuego en la mayoría de entornos naturales por riesgo de incendio.

El vivac ofrece una experiencia auténtica, donde el viajero no solo contempla el paisaje, sino que forma parte de él por una noche. Dormir bajo la bóveda celeste, escuchar el viento o el crujir de los árboles, y despertarse con la primera luz sin barreras entre tú y la montaña, tiene un valor difícil de igualar.

España, con su rica geografía montañosa y diversidad de paisajes, es un país ideal para el vivac. Pero practicarlo exige conocimiento, planificación y respeto. No basta con querer dormir bajo las estrellas: hay que hacerlo de forma responsable, legal y con el menor impacto posible.

Caminos tranquilos, cómo evitar la masificación en las rutas de montaña en rspaña

Redacción (Madrid)

España es un país de paisajes diversos y espectaculares, donde las rutas de montaña ofrecen una forma única de conectar con la naturaleza. Desde los majestuosos Pirineos hasta la abrupta belleza de la Sierra de Grazalema, cada sendero es una invitación a la aventura. Sin embargo, la creciente popularidad del senderismo y el auge del ecoturismo han provocado que muchas de estas rutas enfrenten un nuevo desafío: la masificación.

La masificación turística no solo perjudica la experiencia del visitante, sino que también amenaza la sostenibilidad ambiental, altera el hábitat de la fauna local y pone en riesgo la conservación del patrimonio natural. Por ello, es necesario repensar nuestra forma de explorar la montaña y buscar alternativas que permitan disfrutar del entorno sin comprometer su equilibrio.

Una de las maneras más efectivas de evitar la masificación es salirse del circuito turístico tradicional. En lugar de optar por rutas famosas como la del Caminito del Rey o la Ruta del Cares en temporada alta, los senderistas pueden explorar alternativas menos transitadas como la Sierra de Gata en Extremadura, la Sierra del Segura en Albacete o la Ruta de los Molinos en Castilla-La Mancha. Estos lugares conservan toda la belleza natural sin la presión del turismo masivo.

Muchas rutas de montaña sufren saturación en primavera y verano, cuando el clima es más favorable. Sin embargo, el otoño y el invierno también ofrecen paisajes impresionantes: bosques de colores rojizos, nieves ligeras y senderos silenciosos. Además, fuera de temporada se contribuye al equilibrio económico de las zonas rurales, distribuyendo la afluencia de visitantes a lo largo del año.

Evitar la masificación también implica adoptar una actitud consciente durante el viaje. Esto incluye respetar la señalización de los senderos, no dejar residuos, evitar ruidos innecesarios y apoyar negocios locales. Elegir guías certificados, hospedajes rurales y productos autóctonos ayuda a que el turismo beneficie directamente a las comunidades que cuidan de esos espacios.

Organizar excursiones con antelación permite evitar aglomeraciones en puntos clave, sobre todo en parques naturales que requieren control de acceso. Además, realizar caminatas en grupos pequeños reduce el impacto ambiental, facilita la movilidad y permite una experiencia más íntima con el entorno.

La montaña no debe convertirse en un escenario de masas, sino en un refugio para la introspección, el contacto con la naturaleza y el respeto por lo esencial. Promover rutas alternativas, distribuir los flujos turísticos y fomentar una cultura de respeto son pasos clave para conservar la belleza de los senderos españoles.

Las mejores rutas de senderismo en Europa

Redacción (Madrid)
Viajar por Europa durante 15 días es una de las aventuras más gratificantes que puede emprender cualquier amante del turismo cultural, natural y gastronómico. La diversidad de idiomas, paisajes y tradiciones permite diseñar itinerarios que combinan grandes capitales históricas con pequeños pueblos llenos de encanto. Aprovechar dos semanas implica planificar de forma estratégica para maximizar el tiempo y disfrutar tanto de ciudades icónicas como de joyas menos conocidas.

Un itinerario clásico para una primera visita puede comenzar en Londres, donde la historia y la modernidad conviven en perfecta armonía. Desde allí, cruzar el Canal de la Mancha en tren hasta París ofrece una transición inolvidable. Después de unos días de museos y paseos por el Sena, el viaje continúa hacia Bruselas y Brujas, para luego seguir a Ámsterdam, ciudad de canales, bicicletas y arte vibrante. Esta ruta por Europa Occidental es ideal para quienes buscan cultura urbana y comodidad en el transporte.

Para los viajeros interesados en una experiencia mediterránea, una ruta alternativa puede iniciar en Barcelona, ciudad vibrante entre el mar y las montañas. Tras explorar Gaudí y las playas, un tren rápido lleva a la elegante Niza y la Riviera Francesa. De ahí, siguiendo la costa, se puede visitar Génova y luego adentrarse en la Toscana italiana, recorriendo Florencia y Pisa. Terminar en Roma, con su imponente herencia imperial, es el broche de oro para esta ruta de sol, arte y cocina mediterránea.

Quienes prefieran un recorrido más centrado en la historia y la naturaleza encontrarán en Europa Central una opción fascinante. Iniciar en Berlín permite comprender la transformación reciente del continente. Desde la capital alemana, viajar hacia Praga revela uno de los cascos antiguos mejor conservados de Europa, seguido de Viena, con su opulencia imperial, y Budapest, atravesada por el majestuoso Danubio. Este circuito combina de manera magistral la arquitectura, la música clásica y la gastronomía tradicional.

Para los que buscan una ruta menos convencional, los países nórdicos ofrecen una opción refrescante. Copenhague puede ser el punto de partida, con su diseño contemporáneo y su ambiente relajado. Un corto vuelo o un viaje en ferry conduce a Oslo, rodeada de naturaleza, y luego a Estocolmo, una ciudad construida sobre islas. Este recorrido proporciona no solo paisajes de postal, sino también una visión de sociedades modernas que priorizan la sostenibilidad y la calidad de vida.

Cada ruta propuesta se puede personalizar según intereses, ya sea añadiendo experiencias rurales, visitas a bodegas, caminatas en parques naturales o escapadas a islas cercanas. La clave para aprovechar 15 días en Europa es equilibrar el deseo de abarcar mucho con el arte de saborear cada lugar. Un viaje bien planificado no solo permite descubrir monumentos emblemáticos, sino también vivir momentos auténticos, conversar con locales y crear recuerdos que perdurarán toda la vida.

La Costa Azul, un destino de postal en el mediterráneo francés

Redacción (Madrid)

La Costa Azul, o Côte d’Azur, es una de las regiones más deslumbrantes del sur de Francia. Desde las playas de Saint-Tropez hasta los acantilados de Èze, esta franja costera combina glamour, historia y paisajes que parecen sacados de una postal.

Bañada por las aguas del Mediterráneo, la Costa Azul ofrece playas para todos los gustos. Desde las calas escondidas de Cap d’Ail hasta las arenas doradas de La Petite Afrique en Beaulieu-sur-Mer, cada rincón invita al descanso y la contemplación. Las aguas cristalinas y el clima templado hacen de esta región un destino ideal durante gran parte del año.

Cada ciudad de la Costa Azul tiene su propia personalidad. Niza, con su Promenade des Anglais, combina la elegancia francesa con un ambiente relajado. Cannes, famosa por su festival de cine, destila glamour en cada esquina. Saint-Tropez, antaño un tranquilo pueblo de pescadores, se ha transformado en un punto de encuentro para la jet set internacional. Mónaco, con su opulencia y el famoso casino de Montecarlo, ofrece una experiencia única.

Más allá de las grandes ciudades, la Costa Azul alberga pueblos que parecen detenidos en el tiempo. Èze, colgado en un acantilado, ofrece vistas panorámicas del mar. Saint-Paul-de-Vence, con sus calles adoquinadas y galerías de arte, ha sido refugio de artistas y escritores. Estos lugares permiten al visitante sumergirse en la autenticidad de la región.

La cocina de la Costa Azul es un festín para los sentidos. Platos como la bouillabaisse, la ratatouille o la pissaladière reflejan la riqueza de la tradición culinaria local. Los mercados, como el de Cours Saleya en Niza, ofrecen productos frescos y delicias regionales. Además, la región cuenta con una vibrante escena cultural, con festivales, museos y eventos durante todo el año.

Para los amantes de la naturaleza, la Costa Azul no decepciona. Las calas de Cassis, los senderos del Parque Nacional de Mercantour o las rutas en bicicleta entre viñedos y campos de lavanda ofrecen múltiples opciones para explorar el entorno. El mar invita a practicar deportes acuáticos, desde el buceo hasta la vela.

La Costa Azul es mucho más que un destino turístico; es una experiencia que combina belleza natural, riqueza cultural y un estilo de vida único. Cada visita revela nuevos matices, convirtiéndola en un lugar al que siempre se desea regresar.

La clave del éxito de San Bartolomé de Tirajana, un emblema del turismo nacional

Redacción (Madrid)

San Bartolomé de Tirajana, situado en el sur de Gran Canaria, se ha consolidado como uno de los destinos turísticos más exitosos de España. Su atractivo se basa en una combinación de factores que van desde sus impresionantes paisajes naturales hasta una oferta cultural y de ocio diversa, todo ello respaldado por una infraestructura turística de primer nivel.

El municipio alberga algunas de las playas más emblemáticas de la isla, como Maspalomas, Playa del Inglés y San Agustín. Estas zonas costeras ofrecen no solo arenas doradas y aguas cristalinas, sino también una amplia gama de actividades acuáticas y deportivas. Además, la Reserva Natural Especial de las Dunas de Maspalomas, con su ecosistema único de dunas, palmerales y lagunas, es un punto de interés tanto para turistas como para amantes de la naturaleza.

Más allá del sol y la playa, San Bartolomé de Tirajana ha apostado por diversificar su oferta turística. Eventos como el Carnaval de Maspalomas, reconocido oficialmente por su relevancia internacional, y festivales como el Tourifest, que combina música, cultura y gastronomía, atraen a visitantes durante todo el año, fortaleciendo la imagen del municipio como un destino vibrante y multicultural.

El desarrollo de una infraestructura turística sólida ha sido clave en el éxito del municipio. Zonas como Meloneras y Playa del Inglés cuentan con una amplia oferta de alojamientos, desde hoteles de lujo hasta apartamentos turísticos, así como una variada gama de restaurantes, centros comerciales y opciones de ocio nocturno.

El municipio ha demostrado un compromiso creciente con la sostenibilidad y la mejora de la calidad de vida de sus residentes. Proyectos como la ampliación del Parque Sur y la construcción de nuevas infraestructuras sociales y deportivas buscan equilibrar el desarrollo turístico con la cohesión social y el respeto al medio ambiente.

San Bartolomé de Tirajana ha logrado consolidarse como un destino turístico de referencia gracias a su capacidad para ofrecer experiencias diversas y de calidad, adaptándose a las demandas de un turismo moderno y sostenible. Su combinación de belleza natural, oferta cultural y compromiso con el desarrollo sostenible lo posiciona como un ejemplo a seguir en el panorama turístico internacional.

Un recorrido artístico siguiendo las huellas de Auguste Rodin por Paris

Redacción (Madrid)

París, cuna de innumerables expresiones artísticas, alberga en sus calles y jardines una colección excepcional de esculturas públicas de Auguste Rodin, uno de los escultores más influyentes de la historia. Un recorrido por estas obras permite no solo apreciar el genio de Rodin, sino también descubrir la ciudad desde una perspectiva enriquecida por el arte.

El punto de partida ideal es el Musée Rodin, ubicado en el Hôtel Biron, un elegante edificio del siglo XVIII en el 7º distrito de París. Rodin utilizó este espacio como su taller y, en 1916, donó sus obras al Estado francés con la condición de que se convirtiera en un museo dedicado a su arte. Inaugurado en 1919, el museo alberga una extensa colección de esculturas, dibujos y objetos personales del artista.

El jardín del museo, de casi tres hectáreas, ofrece un entorno sereno donde las esculturas se integran armoniosamente con la naturaleza. Aquí se encuentran algunas de las obras más emblemáticas de Rodin:

Pensador: Originalmente concebido como parte de La Puerta del Infierno, esta escultura se ha convertido en un símbolo universal de la introspección y la contemplación.

Los Burgueses de Calais: Este grupo escultórico representa a seis ciudadanos de Calais que se ofrecieron como rehenes durante la Guerra de los Cien Años. La obra captura la angustia y el sacrificio de estos hombres.

La Puerta del Infierno: Una monumental obra inspirada en La Divina Comedia de Dante, que sirvió de base para muchas de las esculturas individuales de Rodin.

Continuando el recorrido, en los Jardines de las Tullerías, cerca del Museo de la Orangerie, se pueden admirar varias esculturas de Rodin:

El Beso: Esta representación de los amantes Paolo y Francesca, personajes de La Divina Comedia, es una de las obras más reconocidas de Rodin.

Eva: Una escultura que refleja la vergüenza y el remordimiento de la figura bíblica tras la expulsión del Paraíso.

La Sombra y Meditación: Obras que exploran la condición humana y la introspección.

En el cruce del Boulevard Raspail y el Boulevard Montparnasse se erige el Monumento a Balzac, una obra que inicialmente fue objeto de controversia debido a su estilo innovador. Rodin dedicó años a su creación, buscando capturar la esencia del novelista francés Honoré de Balzac.

Recorrer las obras públicas de Auguste Rodin en París es sumergirse en un diálogo entre el arte y la ciudad. Cada escultura no solo embellece el espacio que ocupa, sino que también invita a la reflexión sobre la condición humana, la historia y la creatividad. Este itinerario ofrece una oportunidad única para apreciar el legado de Rodin en el contexto vibrante de la capital francesa.

Aventura sobre ruedas, los mejores viajes por carretera que debes hacer al menos una vez en la vida

Redacción (Madrid)

Nada se compara con la libertad de la carretera: el viento bajando por la ventana, la música perfecta acompañando el paisaje y la promesa de un destino que se va revelando curva tras curva. Los viajes por carretera o road trips, como les dicen los viajeros empedernidos, son una forma única de conocer un país desde dentro, conectar con lo inesperado y disfrutar del trayecto tanto como del destino.

1. Ruta 66 (Estados Unidos): el sueño americano sobre asfalto

Conocida como The Mother Road, la Ruta 66 es un símbolo de la cultura estadounidense. Esta histórica carretera, que conecta Chicago con Los Ángeles, atraviesa ocho estados y ofrece un desfile de moteles vintage, estaciones de servicio de época, pueblos fantasma y atracciones kitsch. Ideal para quienes buscan una experiencia nostálgica y cinematográfica.

La ruta 66, lo más típico de Estados Unidos, Lugares y Más

2. La carretera austral (Chile): un viaje al fin del mundo

En el corazón de la Patagonia chilena, esta ruta serpentea entre montañas nevadas, lagos turquesa, glaciares y pueblos remotos. La Carretera Austral es una travesía por la naturaleza más pura de Sudamérica, donde cada kilómetro regala paisajes de postal. Requiere algo de espíritu aventurero… y muchas ganas de desconectar.

3. Great Ocean Road (Australia): acantilados, koalas y mar salvaje

Este recorrido costero de Victoria, al sur de Australia, es una obra maestra natural. La ruta recorre playas vírgenes, selvas tropicales y formaciones rocosas como los icónicos Doce Apóstoles. Es común ver koalas en los árboles junto al camino. Ideal para los que buscan una mezcla de naturaleza, fauna y fotografía.

4. La Ruta del Atlántico Norte (Noruega): una carretera entre las olas

Con puentes que parecen flotar sobre el mar y vistas a fiordos interminables, esta carretera noruega ofrece un espectáculo visual impresionante. Perfecta para quienes buscan belleza escandinava y diseño de infraestructura en perfecta armonía con la naturaleza.

5. Ruta de los pueblos blancos (España): historia y encanto andaluz

Entre montañas y colinas, esta ruta serpentea por los pintorescos pueblos blancos de Andalucía como Ronda, Grazalema y Zahara de la Sierra. Calles empedradas, casas encaladas y una rica herencia morisca hacen de este viaje una inmersión cultural en el sur de España.

Las 12 mejores playas de España para una Semana Santa de sol y mar

Redacción (Madrid)
Con la llegada de la Semana Santa, muchos viajeros buscan un destino donde escapar de la rutina y disfrutar del sol y el mar. España, con sus más de 7.900 kilómetros de costa, ofrece algunas de las playas más espectaculares de Europa, desde rincones vírgenes hasta paraísos de aguas cristalinas y arena blanca. A continuación, presentamos una selección de las 12 mejores playas del país para quienes buscan relajarse y desconectar durante estas vacaciones.

Ubicada en el Parque Natural de Ses Salines, esta playa es considerada una de las más bellas del mundo. Sus aguas de color turquesa y su arena blanca la convierten en un destino imprescindible para quienes buscan un paisaje caribeño sin salir de España.

Aguas cristalinas y arena blanca hacen de Ses Illetes un paraíso mediterráneo en Formentera, Lugares y más

En plena Costa de la Luz, Bolonia es una playa de aspecto salvaje y arena dorada, famosa por su gran duna móvil y las ruinas romanas de Baelo Claudia. Su carácter virgen y su agua cristalina la convierten en un enclave perfecto para los amantes de la naturaleza.

Monumento natural de Galicia, esta playa destaca por sus impresionantes formaciones rocosas que recuerdan a los arbotantes de una catedral gótica. Para disfrutarla al máximo, es recomendable visitarla en marea baja, cuando es posible caminar entre sus espectaculares arcos de piedra.

Un monumento natural en la costa gallega, donde la marea baja revela imponentes arcos de piedra y grutas escondidas, Lugares y más

Considerada una de las playas urbanas más bonitas del mundo, la Concha ofrece una combinación perfecta entre naturaleza y sofisticación. Su bahía en forma de concha y su paseo marítimo la convierten en un destino ideal para quienes buscan combinar turismo de ciudad y descanso junto al mar.

Una de las playas urbanas más elegantes del mundo, con la bahía de San Sebastián como telón de fondo, Lugares y más

Con sus aguas poco profundas y su entorno natural protegido, Playa de Muro es una opción ideal para familias. Situada en la Bahía de Alcudia, es una de las playas más extensas de la isla y ofrece una amplia variedad de actividades acuáticas.

Famosa por sus impresionantes dunas, Maspalomas es un destino icónico del sur de Gran Canaria. Su clima cálido durante todo el año y sus aguas tranquilas la convierten en una elección perfecta para quienes buscan escapar del frío en Semana Santa.

Las dunas de Maspalomas ofrecen un paisaje desértico único junto al Atlántico, en el sur de Gran Canaria, Lugares y más

Situada en el Parque Natural de Cabo de Gata, esta playa destaca por su arena de guijarros y aguas cristalinas. Su acceso a pie, a través de un sendero empinado, la mantiene alejada de las multitudes y preserva su ambiente tranquilo y salvaje.

Un rincón salvaje en Cabo de Gata con aguas cristalinas y un ambiente de paz absoluta, Lugares y más

Elegida en su día como la mejor playa del mundo por The Guardian, Rodas es la joya del Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Islas Atlánticas. Su arena blanca y sus aguas color esmeralda hacen de este rincón gallego un destino paradisíaco.

Inmensidad y belleza salvaje definen a Cofete, una playa casi virgen de 12 kilómetros de longitud en la península de Jandía. Su difícil acceso la convierte en un destino exclusivo para quienes buscan tranquilidad absoluta y paisajes impactantes.

Una playa virgen de kilómetros de extensión donde el océano y las montañas crean un escenario impresionante, Lugares y más

Rodeada por acantilados y con aguas de un azul intenso, Papagayo es una de las playas más espectaculares de Lanzarote. Se encuentra dentro del Parque Natural de Los Ajaches y es ideal para la práctica de snorkel.

Aguas de un azul intenso y arena dorada en un rincón protegido dentro del Parque Natural de Los Ajaches, Lugares y más

Esta pequeña playa de apenas 50 metros de longitud es un fenómeno geológico único en el mundo. Situada tierra adentro y conectada al mar a través de túneles subterráneos, Gulpiyuri es un destino imprescindible para los amantes de la naturaleza.

Una de las últimas playas vírgenes de Mallorca, Es Trenc ofrece una imagen inigualable de arena blanca y aguas turquesas. Su entorno sin urbanizar la convierte en un refugio perfecto para quienes buscan desconectar del bullicio.

Un tesoro natural de aguas cristalinas y arena blanca, considerado uno de los últimos rincones vírgenes de Mallorca, Lugares y más

Con opciones para todos los gustos, desde playas urbanas con todos los servicios hasta rincones salvajes y remotos, España se confirma como un destino inigualable para disfrutar del mar en Semana Santa. Ya sea en el Atlántico o en el Mediterráneo, la costa española sigue siendo un paraíso para quienes buscan sol, naturaleza y paisajes de ensueño.