Redacción (Madrid)

Llega el verano y con él esa deliciosa sensación de estar viviendo dentro de un horno precalentado a 40 grados. Las calles arden, las sábanas se pegan, el aire acondicionado se convierte en un miembro más de la familia, y salir a la calle es como enfrentarse al último nivel de un videojuego sin vidas extra. Así que, si tú también has llegado al límite de tu relación tóxica con el calor, te presento algunos destinos donde huir, esconderte y fingir que el verano es un invento del hemisferio contrario.

En Galicia puedes encontrarte con todas las estaciones del año en el mismo día, y eso es una bendición. Mientras media España se derrite como helado barato, tú puedes pasear por Santiago de Compostela con chaquetita ligera y brisa fresca. Además, la lluvia ocasional te recuerda que el cielo aún tiene emociones. ¿Y el marisco? Te consuela de cualquier trauma térmico.

Si tu plan ideal de verano no incluye quemarte la planta del pie en la arena ni pelear por una sombrilla, vete al monte. En los Pirineos el agua de los ríos está tan fría que tus preocupaciones (y tu circulación) se detienen en seco. Senderismo, paisajes de postal y pueblos donde todavía no han oído hablar de las olas de calor. Magia.

Verde, fresco y lleno de sidra. En Asturias el calor es un rumor lejano. Puedes comer fabada sin miedo a combustionar, y si tienes suerte, hasta te llueve un poco. Ideal para usar por fin ese jersey de entretiempo que compraste en abril y pensabas que jamás estrenarías.

Sí, Teruel existe, y en sus zonas más elevadas incluso se atreve a desafiar al calendario. Valdelinares o Gúdar, por ejemplo, ofrecen una paz térmica solo comparable con la de una nevera bien surtida. Casi puedes ver tus pensamientos convertirse en vaho.

Si España entera parece una sartén, cruza fronteras. Letonia, Lituania, Polonia… tienen costas donde puedes mojar los pies sin riesgo de abrasión y sin gritar al contacto con el agua. Además, la playa allí es tan tranquila que podrías leer un libro sin escuchar un solo niño gritando por la playa. Ciencia ficción veraniega.

Este verano, escapa. Haz las maletas, apaga el ventilador y dirígete a esos lugares donde el sol no es un enemigo declarado. Porque sí, todos amamos el verano… hasta que recordamos lo que implica. Así que déjate de sufrir por postureo en la playa y busca un sitio donde no parezca que estás viviendo dentro de un microondas.

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