Lago di Braies, el espejo esmeralda de los Dolomitas

Redacción (Madrid)

En el corazón de los Dolomitas, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, se encuentra el Lago di Braies, un paraíso natural conocido por sus aguas cristalinas de color esmeralda, su atmósfera serena y los majestuosos picos montañosos que lo rodean. Ubicado en el valle de Braies, en la región del Tirol del Sur, Italia, este lago glacial es un destino turístico imperdible para amantes de la naturaleza, la fotografía y los deportes al aire libre. A menudo descrito como «la perla de los Dolomitas», el Lago di Braies combina belleza natural con una rica historia cultural, ofreciendo una experiencia inolvidable para cualquier visitante.

El Lago di Braies, conocido localmente como Pragser Wildsee, es un lago alpino de origen glaciar que se formó hace miles de años. Su ubicación, rodeada de bosques frondosos y montañas escarpadas como el imponente Croda del Becco (2,810 metros), lo convierte en una obra maestra de la naturaleza.

Además de su impresionante entorno natural, el lago está impregnado de leyendas. Según un mito local, un portal oculto en el Croda del Becco conectaba el mundo humano con el mítico Reino de Fanes, un lugar lleno de misterio y magia. Esta conexión espiritual hace del Lago di Braies un lugar especial para los visitantes que buscan algo más que paisajes.

Durante la Segunda Guerra Mundial, el lago también fue testigo de eventos históricos significativos, ya que fue un punto de encuentro entre las tropas alemanas y prisioneros políticos que fueron liberados al final del conflicto.

El Lago di Braies es un destino versátil que ofrece actividades para todas las estaciones del año, lo que lo convierte en un lugar perfecto para una escapada en cualquier momento.

La ruta más popular es el sendero que rodea el lago, un recorrido circular de aproximadamente 4 kilómetros que puede completarse en unas 1-2 horas. Este camino es ideal para todos los niveles de habilidad, ya que es fácil de seguir y ofrece vistas espectaculares desde diferentes ángulos. Durante el recorrido, puedes disfrutar de la tranquilidad del bosque, el reflejo perfecto de las montañas en el agua y las pintorescas cabañas de madera que parecen sacadas de un cuento de hadas.

Para los más aventureros, el Lago di Braies es el punto de partida de la Alta Vía de los Dolomitas N.1, una famosa ruta de senderismo de larga distancia que recorre los impresionantes paisajes montañosos de la región.

Durante los meses de verano, es posible alquilar un bote de remos y explorar el lago desde el agua. Navegar sobre sus aguas cristalinas es una experiencia mágica, especialmente en las primeras horas de la mañana, cuando el sol ilumina las montañas y el lago parece un espejo. Esta actividad es ideal para parejas y familias que desean disfrutar del entorno natural desde una perspectiva única.

El Lago di Braies es uno de los lugares más fotografiados de los Dolomitas, y no es difícil entender por qué. Desde los reflejos perfectos en sus aguas hasta la silueta de Croda del Becco al amanecer, este lago ofrece innumerables oportunidades para capturar imágenes impresionantes. Los amantes de la fauna también pueden disfrutar de la observación de aves y, con suerte, avistar algunas especies alpinas como marmotas o cabras montesas.

En invierno, el lago se congela y el paisaje se transforma en un mundo blanco de cuento de hadas. Los visitantes pueden caminar sobre el hielo, practicar raquetas de nieve en los alrededores y disfrutar de la calma invernal de este lugar mágico. Aunque no se permite el patinaje sobre hielo, la experiencia de ver el lago cubierto de nieve y rodeado de montañas nevadas es inolvidable.

El Tirol del Sur es conocido por su deliciosa mezcla de tradiciones culinarias italianas y austriacas, y el área del Lago di Braies no es una excepción. Después de un día explorando, puedes disfrutar de platos típicos como los canederli (albóndigas de pan), la polenta con carne o los speck (jamón curado de la región). En los refugios de montaña cercanos y en los restaurantes locales, también se pueden probar vinos locales y postres tradicionales como el strudel de manzana.

El Lago di Braies es accesible en coche y transporte público. Desde la ciudad de Bolzano, se puede llegar en aproximadamente 2 horas en coche. Durante los meses de verano, se recomienda llegar temprano, ya que el estacionamiento puede llenarse rápidamente debido a la popularidad del lugar. También hay autobuses que conectan el lago con las principales ciudades y pueblos de la región.

La mejor época para visitar el Lago di Braies depende de tus intereses:

Verano (junio a septiembre): Ideal para senderismo, paseos en barco y disfrutar del clima cálido.

Otoño (septiembre y octubre): Menos concurrido, con colores otoñales que añaden un toque mágico al paisaje.

Invierno (diciembre a marzo): Perfecto para experimentar la calma invernal y el encanto de un lago congelado.

Para preservar la belleza natural del lago, es importante respetar las normas locales. No se permite nadar en el lago, y se debe evitar dejar basura o dañar el entorno.

El Lago di Braies es mucho más que un destino turístico; es un lugar donde la naturaleza, la historia y la magia se entrelazan para ofrecer una experiencia inolvidable. Ya sea que busques aventura, relajación o simplemente admirar la belleza de los Dolomitas, este lago tiene algo para todos. Una visita al Lago di Braies es una invitación a desconectar del mundo y sumergirse en un entorno que parece salido de un sueño. Si hay un lugar que encapsula la serenidad y el esplendor de los Alpes italianos, ese lugar es, sin duda, el Lago di Braies.

Las Dolomitas, la espectacular cadena montañosa de los alpes italianos

Redacción (Madrid)

Ubicadas en el noreste de Italia, las Dolomitas son una cadena montañosa espectacular y única en el mundo, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Con su distintiva formación geológica, altos picos de piedra caliza, y paisajes de ensueño, las Dolomitas se han convertido en un destino predilecto tanto para los amantes de la naturaleza como para los apasionados del deporte y la aventura. Estas montañas ofrecen una combinación perfecta de vistas impresionantes, pintorescos pueblos alpinos, y una rica herencia cultural que convierte cualquier visita en una experiencia inolvidable.

Las Dolomitas son reconocidas no solo por su belleza, sino también por su geología única. Formadas hace unos 250 millones de años, estas montañas están compuestas principalmente de dolomita, una roca caliza que, al ponerse en contacto con la luz, adquiere colores variados, desde tonos dorados hasta rosados y púrpuras, especialmente durante el amanecer y el atardecer, un fenómeno que en italiano se conoce como enrosadira. La región cuenta con más de 18 picos que superan los 3,000 metros de altura, como la Marmolada, el Monte Pelmo y las Tre Cime di Lavaredo, que destacan como emblemas naturales y brindan un paisaje tan sublime como desafiante.

Las Dolomitas son un paraíso para los senderistas, quienes encuentran aquí una red de rutas bien señalizadas que se adaptan a todos los niveles, desde principiantes hasta expertos. La Alta Vía 1, una de las rutas de trekking más famosas de la zona, recorre cerca de 120 kilómetros de montañas, valles y praderas alpinas, pasando por refugios donde los excursionistas pueden descansar y disfrutar de la hospitalidad local.

Además del senderismo, el ciclismo de montaña, la escalada y el parapente son actividades populares en la región. En verano, los picos de las Dolomitas se llenan de ciclistas que recorren los serpenteantes caminos que atraviesan los valles. Para los amantes de la escalada, las paredes verticales de dolomita ofrecen desafíos inigualables. Una actividad muy destacada es la via ferrata, una experiencia única de escalada que permite a los aventureros recorrer rutas seguras en las paredes rocosas de las montañas, disfrutando de la adrenalina y la belleza natural desde una perspectiva increíble.

Durante el invierno, las Dolomitas se transforman en un paraíso de nieve para los deportes de invierno. La región cuenta con uno de los mayores dominios esquiables del mundo, conocido como Dolomiti Superski, que abarca más de 1,200 kilómetros de pistas conectadas entre sí. Desde la famosa ruta Sellaronda, que permite esquiar alrededor del macizo del Sella, hasta pistas ideales para familias, el Dolomiti Superski ofrece una experiencia diversa y atractiva.

Pero el invierno en las Dolomitas no se limita al esquí. Las caminatas con raquetas de nieve, el patinaje sobre hielo y el esquí de fondo permiten a los visitantes sumergirse en la serenidad del invierno alpino. Al caer la tarde, los refugios de montaña ofrecen una cálida bienvenida, donde es posible degustar la gastronomía local y descansar junto a una chimenea, en un ambiente que refleja la tradición y el espíritu de la región.

Los pueblos de las Dolomitas conservan una rica herencia cultural que refleja la mezcla de influencias italianas, austriacas y ladinas. En localidades como Cortina d’Ampezzo, Val Gardena, y San Candido, los visitantes pueden descubrir la arquitectura típica alpina, con casas de madera adornadas con balcones floridos, así como una cálida hospitalidad. La cultura ladina, un grupo étnico que ha habitado los valles de la región durante siglos, aporta una identidad única a la región, con su propio idioma, costumbres y festividades.

Una de las mejores épocas para disfrutar de la cultura ladina es durante las festividades tradicionales, como los mercados de Navidad, donde se pueden encontrar artesanías y productos locales en un ambiente acogedor. Asimismo, en verano y otoño se celebran ferias y eventos culturales que muestran el folclore local, con danzas, música y trajes tradicionales que añaden un toque especial a la visita.

La gastronomía en las Dolomitas es una delicia para los sentidos, combinando influencias italianas, austríacas y ladinas. Los platos típicos de la región son sustanciosos y reconfortantes, perfectos para quienes buscan recargar energías tras un día de actividad en la montaña. Entre los platos más destacados se encuentran el speck, un jamón ahumado que se sirve en tablas de madera, y el canederli, unas albóndigas de pan que suelen acompañarse con caldo o mantequilla.

El strudel de manzana es uno de los postres más típicos de la zona, especialmente en los valles de influencia austriaca, y puede disfrutarse en casi todos los refugios y restaurantes. Los quesos locales y el vino, especialmente el blanco, complementan la oferta gastronómica de la región, brindando una auténtica experiencia culinaria que conecta al visitante con la tierra y sus sabores.

Las Dolomitas no son solo un destino turístico; son una experiencia de inmersión en la naturaleza, la cultura y la historia de los Alpes italianos. Este paisaje imponente, que cambia con cada estación, ofrece una belleza serena en verano y un esplendor de nieve en invierno. Tanto si se buscan aventuras al aire libre como momentos de tranquilidad en un entorno natural privilegiado, las Dolomitas se convierten en el destino ideal para quienes desean desconectar y reconectar con la majestuosidad de las montañas.