AeroMéxico: el ‘upgrade’ que acabó en abandono

Redacción (Madrid)

Crónica de una tomadura de pelo en tres actos
Por David Agüera

Monterrey, madrugada. Una terminal que se vacía lentamente, como la paciencia. Dos periodistas —Tamara Cotero y yo— con billetes pagados, maletas sin facturar y una sensación cada vez más evidente de haber sido estafados. Esta es la historia de cómo una aerolínea como AeroMéxico, con todo su marketing de eficiencia y buen trato, puede dejarte literalmente tirado en un aeropuerto, sin explicación, sin solución y sin la más mínima muestra de empatía.

La promesa del ‘upgrade’ y la realidad del engaño

Todo empezó en Monterrey, con una oferta que sonaba bien: un upgrade completo a clase Premier para el trayecto completo hasta La Habana. Lo contratamos ambos. Pagamos lo que nos pidieron (que ya fue más de lo que inicialmente ofrecían), y nos aseguraron que todo el viaje sería en condiciones «premium». Spoiler: no lo fue.

Al llegar al aeropuerto, nos informaron que el upgrade solo aplicaba en el trayecto Monterrey – Ciudad de México. El resto, incluido el tramo más largo hasta La Habana, quedaba en clase turista. No solo eso: al haberse «modificado» la tarifa, perdíamos el derecho a facturar equipaje incluido, a pesar de haberlo pagado. Sin maletas facturadas, sin asientos cómodos, y sin margen para gestionar nada, tuvimos que cancelar una cena de trabajo importante que teníamos prevista esa noche en Monterrey. Todo por un cambio unilateral que no habíamos solicitado y que nadie supo explicar con claridad.

Cobros fantasmas y laberintos de atención al cliente

Intentamos pagar las maletas a través de la web. El sistema aceptó el pago… pero en mostrador decían que “no constaba”. Lo volvimos a intentar. Y luego una tercera vez, a través de una máquina del propio aeropuerto, donde volvió a cobrar, pero también fue rechazado.

Tres intentos, tres cargos reflejados en nuestras cuentas, y aún así AeroMéxico se negó a aceptar cualquiera de ellos. Nos obligaron, de hecho, a pagar por cuarta vez, en ese momento, si queríamos subir al avión.

Lo peor no fue el dinero —aunque se lo quedaron, y seguimos esperando la devolución—. Lo más grave fue el sentimiento de abandono absoluto. Pasamos horas buscando a alguien que nos ofreciera una solución, mientras el tiempo pasaba, los mostradores cerraban, y el personal desaparecía.

No hay nada más frío que un aeropuerto de madrugada cuando una empresa te deja solo

No somos los únicos: AeroMéxico, experta en enfadar pasajeros

No, no fue un caso aislado. Basta echar un vistazo a foros, redes y portales de valoración para ver que las historias de maltrato al cliente, cobros injustificados, falta de asistencia y pérdidas de equipaje sin compensación son el pan de cada día.

En 2024, Profeco (el organismo mexicano de protección al consumidor) situó a AeroMéxico entre las aerolíneas más denunciadas del país, con cientos de reclamaciones por problemas similares. En Trustpilot y otras plataformas, las reseñas hablan por sí solas:

“Son unos estafadores. Me cobraron el equipaje tres veces y nunca lo devolvieron.”
“Servicio nefasto. El trato al cliente es inexistente. Literalmente me ignoraron.”
“Vuelo cancelado sin aviso, y ni un mísero vale para agua. Vergüenza.”

El denominador común: clientes que se sienten ignorados, impotentes y enfadados. Como nosotros.

Lo que duele no es solo el dinero

A lo largo del proceso nos dimos cuenta de algo más grave: no hay nadie que responda. La cadena de atención al cliente está diseñada para agotarte. Te pasean de mostrador en mostrador, de número en número, de sonrisa vacía en sonrisa vacía, mientras el reloj avanza y tú te quedas ahí, esperando.

Lo que duele no es solo el dinero perdido o el upgrade fantasma. Lo que duele es sentirte completamente indefenso, sin que nadie te mire a los ojos y diga “lo siento, vamos a solucionarlo”. Porque eso no pasó. Nadie lo dijo. Nadie se hizo cargo.

Finalmente embarcamos. En turista, por supuesto. En los peores asientos, con el sabor amargo de haber pagado por un servicio que AeroMéxico nunca tuvo intención de prestar.

Otro año más triunfa el Festival de Cine de l’Alfàs del Pi, con su 37 edición

Redacción (Madrid)

El 37 Festival de Cine de l’Alfàs del Pi comenzaba anoche oficialmente su andadura, con el homenaje y entrega de los Premios Faros de Plata a tres grandes del cine y la televisión: la actriz Elena Irureta, el actor Julián López, y el programa de TVE referente del cine popular español Cine de Barrio, en una gala inaugural divertida, emotiva, y mágica conducida magistralmente por Jandro, no en balde, ya que el valenciano internacional además de actor, director y guionista es humorista y mago.

Noche de estrellas en l’Alfàs, en una edición especial destacaba el director del certamen, Luís Larrodera, “porque tenemos un guardián que nos está cuidando, Pepe, de la familia Iborra, unos Premios Faros de Plata a tres imprescindibles, y un Festival que es una combinación maravillosa de sol, mar, arroz y cine”.

Un Festival referente cultural y turístico que celebra su trigésimo séptima edición, gracias al apoyo de la Generalitat Valenciana y la Diputación Provincial de Alicante, quería agradecer y reconocer Mayte García, alcaldesa en funciones, para celebrar con el auditorio que en el Paseo de la Fama de l‘Albir brillan tres nuevas estrellas. “No somos Hollywood pero si tenemos el mejor Paseo de las Estrellas del cine cerca del mar”

Un orgullo a nivel cinematográfico, Lugares y Más

La primera galardonada de la noche, Elena Irureta, recibía muy emocionada el Faro de Plata de manos del actor Juanjo Artero. “Soy una mujer con mucha suerte. Me he encontrado con los mejores compañeros que me han ayudado siempre en el camino”, decía entre sollozos. Ambos han trabajado juntos a lo largo de diez años, en una serie emblemática como es El Comisario. “Elena es tan buena actriz como buena compañera, una mujer que siempre da confianza, y de la que he aprendido mucho”.

A continuación, la también veterana actriz Josele Román, quizás la última superviviente del cine del destape, estrella sin rival de los años 70, subía al escenario para entregar el segundo galardón de la noche al programa de TVE Cine de Barrio, convirtiéndose en la protagonista de la noche. al recibir un homenaje sorpresa del Festival de Cine de l’Alfàs por sus más de cien películas, veinte obras de teatro, y su dilatada trayectoria musical. “Predispuesta, talentosa, generosa y forma parte de la historia de nuestro cine”, Así describía Luis Larrodera a Josele Román “somos conscientes de que tu historia es parte de la nuestra también, porque tú has ayudado en esa España de la transición, a pasar del blanco y negro al color, a dibujar millones de risas”.

Cine de Barrio el programa de TVE, en su trigésimo aniversario, representado por la directora Machús Osinaga, la presentadora Inés Ballester, el realizador Gustavo Jiménez, y colaboradores Luz Sánchez Mellado y Benjamín Prado, recibía el segundo Faro de Plata de la noche. “El premio más emocionante” señalaba la también valenciana Inés Ballester, “porque es un premio compartido, somos un equipo, y Cine de Barrio es parte de nuestra vida. Cada sábado reunimos a un millón de personas que ven las películas en familia”.

Finalmente los cómicos y presentadores, además de compañeros y amigos del homenajeado, Iñaki Urrutia y Carlos Librado, entregaban el último galardón de la noche a un también muy emocionado Julián López, que rememoraba su infancia, a su familia, a su tía, que disfrutaban con “ese cine que nos ha hecho tan felices y da sentido a lo que hacemos”.

Hasta el 13 de julio y durante toda la semana se van a proyectar una treintena de películas, y a partir de mañana lunes, en la Casa de Cultura de l’Alfàs, por la tarde, cerca de medio centenar de cortometrajes, entre ellos los 27 que compiten en la única Sección Oficial a concurso.

El sábado 12 de julio, tendrá lugar la ceremonia de clausura, en la que se reconocerá con el premio Embajadora del Festival a la actriz, directora y activista cultural Sofía Squittieri, en una gala que presentará la actriz y guionista Marta González de Vega y en la que se entregarán los galardones y 9.500 euros en premios.

Desde su primera edición celebrada en julio de 1989, el Festival de Cine de l’Alfàs del Pi, ha logrado convertirse en una de las citas cinematográficas de referencia del panorama nacional, siendo ya uno de los festivales más veteranos del país y uno de los más prestigiosos dentro del mundo del cortometraje. Su Certamen Nacional de Cortometrajes, que cuenta asimismo con 37 ediciones, se encarga de preseleccionar los cortos que compiten en los Premios Goya en la Categoría de Mejor Cortometraje Nacional de Ficción, gracias a un acuerdo de colaboración con la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas.

Viajar en caravana por Europa, libertad sobre ruedas con ciertas reglas


Redacción (Madrid)
Recorrer Europa en caravana ya no es solo una opción para aventureros empedernidos o jubilados en busca de paisajes tranquilos. En los últimos años, este modo de viaje ha ganado popularidad entre jóvenes, familias y profesionales que buscan una forma flexible y más íntima de conocer el continente. Las carreteras europeas ofrecen una infinidad de rutas escénicas, desde los fiordos noruegos hasta las playas del Algarve, y la posibilidad de despertar cada día en un lugar diferente se ha convertido en un lujo deseado por muchos.


Más allá del romanticismo de vivir sobre ruedas, viajar en caravana requiere cierta planificación. La elección del vehículo es clave: desde furgonetas camperizadas —más compactas y manejables— hasta autocaravanas de gran tamaño, ideales para grupos o familias. También existen caravanas remolcables, que ofrecen versatilidad si se dispone de un coche con la potencia adecuada. Cada tipo de vehículo tiene ventajas y limitaciones, por lo que conviene evaluar el presupuesto, la duración del viaje y el nivel de comodidad deseado.


Entre las rutas más populares se encuentran la costa atlántica portuguesa, perfecta para surfistas y amantes del mar; el Valle del Loira en Francia, con sus castillos renacentistas y pueblos encantadores; y los caminos alpinos de Suiza o Austria, donde los paisajes de montaña ofrecen vistas inigualables. También destacan itinerarios culturales como la Ruta Romántica en Alemania o los recorridos por los parques naturales de Escandinavia, ideales para quienes buscan desconexión total.


No obstante, cada país europeo tiene normativas distintas en cuanto a la pernocta, el estacionamiento y la circulación de caravanas. Mientras que en Escandinavia es común encontrar áreas gratuitas y seguras para pasar la noche, en otras zonas del sur de Europa el estacionamiento libre puede estar prohibido o mal visto. Además, las restricciones medioambientales —como las zonas de bajas emisiones en ciudades como París o Milán— exigen estar bien informado antes de entrar a núcleos urbanos.


Finalmente, la tecnología se ha convertido en aliada del viajero sobre ruedas. Aplicaciones como Park4Night o Campercontact permiten localizar áreas de servicio, campings o lugares habilitados para dormir. También es imprescindible llevar reservas de agua, planificar la recarga de baterías y respetar las normas de vertido de aguas residuales. Viajar en caravana por Europa no es solo una forma de moverse, sino toda una filosofía de viaje que combina independencia, respeto por el entorno y una buena dosis de improvisación.


Descubriendo La Habana desde los asientos de un clásico cubano

Por David Agüera

Hay ciudades que se exploran a pie, con calma, saboreando cada paso. Pero La Habana… La Habana se descubre mejor al ritmo de un motor antiguo, con la brisa del mar en la cara y el eco de la historia rebotando en los adoquines. Montarse en un auto clásico en La Habana no es solo una excursión turística: es un viaje en el tiempo, una danza entre nostalgia y presente, donde cada esquina cuenta una historia y cada edificio murmura secretos de otros siglos.

Los almendrones, como los llaman cariñosamente los cubanos, son verdaderas joyas andantes. Chevrolets de los años 50, Ford descapotables, Pontiacs de colores imposibles: autos restaurados con amor y resistencia que sobreviven gracias al ingenio criollo. Subirse a uno de ellos es experimentar en carne viva el ingenio cubano, su capacidad para hacer arte con lo que otros considerarían ruinas.

Desde el asiento de cuero, mirando por la ventana sin prisas, La Habana se revela con otra profundidad. El chofer, muchas veces también guía y contador de anécdotas, va dibujando con sus palabras una ciudad que no termina de contarse nunca.

El recorrido puede comenzar en el Malecón, esa serpiente de asfalto que besa el mar. A lo lejos, el Castillo del Morro y la silueta del Cristo de La Habana vigilan la entrada a la bahía. El auto ronronea como un gato dormido mientras se desliza por la costa. A un lado, olas que estallan. Al otro, fachadas en ruina y color que son, a la vez, heridas y obras de arte.

De ahí, el tour puede tomar rumbo al Vedado, donde las avenidas son más anchas, los árboles más generosos, y las mansiones evocan una Habana de esplendor republicano. Luego, un giro hacia la Plaza de la Revolución, donde la silueta del Che vigila desde lo alto, y donde el silencio impone respeto entre tanta historia comprimida.

Pero el alma de la ciudad —la esencia de su ritmo, su olor y su gente— está en La Habana Vieja. Allí, entre callejones adoquinados, iglesias barrocas y plazas coloniales, el coche clásico avanza con reverencia, casi en puntillas, mientras turistas y locales cruzan entre cafés, museos y portales. La Plaza de la Catedral, la Plaza Vieja, el Capitolio, el Gran Teatro Alicia Alonso… todo desfila como un decorado que nunca envejece.

Cada tramo es una sinfonía de color: autos rosados, azules cielo, verdes botella; niños jugando pelota en la calle; viejitas en bata sentadas en sus portales; músicos tocando sones en las esquinas. Todo parece flotar en un presente que se rehúsa a olvidar el pasado. La Habana no se esconde. Se muestra así: herida y hermosa, llena de cicatrices y de una dignidad que conmueve.

Y el coche, ese auto clásico, es cómplice perfecto. En él, el visitante no solo se mueve: forma parte de una película habanera. Hay algo de cine en esta experiencia, algo de novela, algo de bolero.

Más allá de los monumentos y las fotos perfectas, este tour sobre ruedas permite entender algo más profundo: la capacidad cubana para mantener viva su identidad con orgullo y alegría. Los autos clásicos, que podrían ser objetos de museo, están vivos, circulan, cuentan historias. Son parte del paisaje y del carácter. Y montarse en uno de ellos es aceptar la invitación de La Habana para verla desde su propio espejo retrovisor.

Descubrir La Habana en un auto clásico es más que un paseo: es una declaración de amor a la ciudad, a su ritmo indomable, a su forma única de resistir y brillar. Es dejarse llevar, sin mapas, sin prisa, por el alma viva de Cuba. Y cuando el motor se apague y la puerta se cierre, quedará en la memoria no solo la imagen del Malecón o de una fachada de colores: quedará la certeza de haber recorrido no solo una ciudad, sino un espíritu que sigue rodando, libre y hermoso, como un viejo Chevy bajo el sol caribeño.

24 horas en Punta Cana: Un paraíso en un día

Redacción (Madrid)

Punta Cana, en la costa este de la República Dominicana, es un destino sinónimo de playas de arena blanca, aguas turquesa y una energía caribeña que conquista a cualquiera. Aunque lo ideal sería quedarse varios días, si solo tienes 24 horas para disfrutar de este paraíso tropical, aquí te mostramos cómo exprimir cada minuto al máximo.

08:00 AM – Despertar con el sol en la playa

Empieza el día despertándote en un resort frente al mar, como el Barceló Bávaro Palace o el Secrets Cap Cana. Abre las cortinas y deja que el sol caribeño te dé los buenos días. Un desayuno buffet con frutas tropicales, jugo de guayaba y mangu (puré de plátano típico) será el combustible perfecto para lo que viene.

09:30 AM – Aventura acuática en Isla Saona o snorkel local

Si prefieres una excursión icónica, únete a un tour a Isla Saona, parte del Parque Nacional del Este. La travesía incluye catamarán, música, ron y una playa virgen donde el mar parece una piscina gigante. Si no tienes tiempo para una excursión larga, elige un paseo en lancha rápida o haz snorkel en las cercanías de Playa Bávaro, donde los arrecifes de coral ofrecen un espectáculo de vida marina.

01:00 PM – Almuerzo frente al mar

Regresa al hotel o visita un restaurante local como La Yola o Captain Cook, ambos famosos por sus mariscos frescos. Nada como una langosta a la parrilla con arroz con coco y tostones mientras sientes la brisa del Atlántico.

03:00 PM – Relax total o spa caribeño

Las primeras horas del día fueron para la aventura, ahora toca descansar. Puedes optar por una hamaca bajo una palmera o regalarte un masaje con aceites tropicales en un spa frente al mar. Muchos resorts ofrecen rituales inspirados en tradiciones taínas, perfectos para recargar cuerpo y alma.

05:00 PM – Paseo en buggy o tirolesa

Si prefieres algo más movido, las opciones de ecoturismo están a minutos de distancia. Un paseo en buggy por caminos de tierra te lleva a conocer el lado rural de Punta Cana, mientras que los parques como Scape Park ofrecen tirolesas sobre el bosque, cenotes escondidos y cuevas ancestrales.

07:00 PM – Atardecer en la playa

No hay mejor manera de cerrar la tarde que con los pies en la arena mientras el cielo se pinta de naranja y rosa. Punta Cana tiene algunos de los atardeceres más espectaculares del Caribe. Llévate una piña colada o un mojito y simplemente disfruta del momento.

08:30 PM – Cena gourmet o show tropical

La vida nocturna aquí puede ser tan relajada o vibrante como desees. Para una cena romántica, prueba el restaurante Jellyfish, donde puedes comer bajo una estructura de bambú frente al mar. ¿Quieres algo más movido? Muchos resorts ofrecen espectáculos de música en vivo, bailes típicos dominicanos y hasta fuegos artificiales.

11:00 PM – Fiesta caribeña o noche estrellada

¿Aún con energía? Termina tu jornada bailando merengue y bachata en Coco Bongo o en la icónica discoteca Imagine, ubicada dentro de una cueva natural. Si prefieres algo más tranquilo, un paseo nocturno por la playa bajo las estrellas puede ser el broche perfecto.

Mystique Casa Perla: el primer “hotel boutique” de Varadero

Redacción (Madrid)

En el vibrante corazón del balneario de Varadero, emerge una joya arquitectónica transformada en refugio exclusivo: Mystique Casa Perla. Inaugurado el 15 de noviembre de 2021 por la cadena canadiense Blue Diamond Resorts junto a Gran Caribe, se presenta como el primer hotel boutique en Cuba, un concepto hasta ahora inédito en esta isla caribeña.

Ubicado junto al emblemático boulevard de Varadero, en los terrenos del antiguo Starfish Cuatro Palmas, Casa Perla conserva la esencia de una mansión de los años 40, premiada en 1946 con la Medalla de Oro de Arquitectura y restaurada con mimo respetando su estilo moderno original. El inmueble, de arquitectura moderna ejecutada por los consagrados Antonio Santana Fornaguera y Aquiles Capablanca, destaca por su elegante estética, integrada al entorno natural.

Vistas hacia el mar, Lugares y Más

Un santuario solo para adultos

Mystique Casa Perla es un santuario para mayores de 16 años. Con apenas 10 habitaciones —cuatro de ellas suites premium con jacuzzi y vistas al mar— ofrece un trato íntimo, personalizado y sofisticado. Cada habitación es única: tres estándar, tres junior suites y cuatro premium suites, con camas king o dobles, minibar, USB, aire acondicionado, caja fuerte y servicio de mayordomo.

Además, el hotel funciona en régimen de alojamiento y desayuno —una rareza en Varadero, donde predomina el Todo Incluido—, y brinda servicios premium: piscina, gimnasio, sauna, masajes, y restaurante “Fresco Artful Cuisine” con terraza frente al mar.

Vistas hacia el exterior, Lugares y Más

Experiencia y destacables

  • Servicio de mayordomo: Disponible en todas las habitaciones, garantiza un servicio impecable y exclusivo.
  • Ubicación estratégica: Combina la calma de una playa privada con la cercanía a tiendas, bares y restaurantes locales.
  • Conectividad y salud: Wifi 24/7 y la certificación “Turismo Más Higiénico y Seguro” respaldan una experiencia confortable.
  • Diseño y confort: Habitaciones amplias, detalles contemporáneos, terrazas amuebladas y jacuzzi en algunas suites.

Un nicho en auge

En un destino dominado por grandes resorts, Mystique Casa Perla rompe el molde con su enfoque boutique. Con solo 10 habitaciones frente al mar, atrae a viajeros de placer, ejecutivos y parejas que buscan una experiencia personalizada, discreta y de alto nivel.

El éxito ha sido notable: más del 50 % de ocupación prevista desde sus primeros meses, con tarifas entre 150 USD y 300 USD por noche según las temporadas y ofertas iniciales.

Clara Gracia estrena ‘Lo que queda de ti’ en la 37ª edición del Festival de Cine de l’Alfàs del Pi

Redacción (Madrid)

El domingo 6 de julio, a las 20:00 horas, el Cine Roma de l’Alfàs del Pi acogerá la proyección de la película Lo que queda de ti, dirigida por Gala Gracia. Esta sesión forma parte del ciclo Encuentros de Cine, una de las actividades más apreciadas del 37 Festival de Cine de l’Alfàs del Pi, en la que actrices, actores, directores y productores presentan sus obras y participan en coloquios con el público al finalizar las proyecciones.

Lo que queda de ti invita a reflexionar sobre las complejidades de las relaciones humanas a través de una narrativa íntima y emotiva, firmada por la joven directora Gala Gracia, que estará presente en la sesión para compartir impresiones y responder a las preguntas de los espectadores. Un coloquio que se encargará de moderar Gerardo Sánchez, director del programa de TVE Días de cine, uno de los críticos y divulgadores cinematográficos más reconocidos de España.

El ciclo Encuentros de Cine refuerza el carácter cercano y participativo del Festival, que se celebra hasta el 13 de julio, ofreciendo a los asistentes la oportunidad única de dialogar directamente con los creadores y profesionales del cine.

La Casona del Arco: un refugio de sabor y raíces junto al Arco de la Calzada

Por David Agüera

En el corazón del León histórico, justo a unos pasos del emblemático Arco Triunfal de la Calzada de los Héroes, se yergue La Casona del Arco. Más que un restaurante, es un viaje sensorial que pulsa con los latidos del Bajío: aroma de cantera, murmullo de historia y sabores que dialogan entre tradición mexicana e inspiración moderna.

Ubicada en la calle Progreso #110, esta antigua casona fue cuidadosamente preservada y adaptada. Su arquitectura conserva los muros de piedra y patios interiores, integrando materiales actuales con respeto al pasado. Ese equilibrio nace de la vocación de sus fundadores —los hermanos Hurtado— de rendir homenaje a la cultura guanajuatense desde lo arquitectónico, lo culinario y lo estético .

La experiencia en La Casona se despliega en tres ámbitos: el patio, fresco y diáfano; la terraza, ideal para tardes cálidas al aire libre; y el misterioso bar speakeasy Enmiienda 21, escondido tras una puerta evocadora de los años veinte. Este último remite al ambiente clandestino de la Ley Seca, con coctelería exclusiva en ambiente íntimo.

La propuesta gastronómica navega entre lo arraigado y lo contemporáneo. Ensaladas con requesón y huitlacoche, tacos de tuétano con salsas propias, risotto con chile pasilla y camarón, cecina con guacamole y piña, o short rib eye cocido 18 horas en salsa de tuétano —un festín para los sentidos. Las recetas tradicionales de la región de Peralta y Abasolo, rescatadas por cocineras locales, se encuentran con innovaciones como ravioli de chapulines sobre base de chipotle y anguila.

Desde la coctelería internacional hasta los brebajes originales —“El Catrín”, “La Lupita”, “La Cazuelita”— el ambiente se llena de frescura, historia e ingenio mixológico. En Enmiienda 21 cada trago es un guiño a la época dorada y clandestina del coctel.

Cada jueves a las 10 p.m., la casona retumba con jazz y pop local, gracias a músicos como Juan Álvarez & The All Star Trío o Camilo Mederos, quienes suman sonido vivo a la experiencia culinaria. También ha sido sede de eventos gastronómicos internacionales como la Cumbre Guanajuato Sí Sabe, destacando su compromiso con la alta cocina y la tradición regional.

Con una puntuación de 4.7 en Google My Business y miles de opiniones que destacan su ambiente “muy agradable” y “atención excepcional”, La Casona del Arco es refugio para locales y viajeros. Serenas sobremesas al aire libre, encuentros íntimos tras el bar speakeasy o celebraciones bajo el Arco hacen de cada visita un instante memorable.

Visitar La Casona del Arco no es solo llenar el apetito; es participar en un ritual cultural que une historia, arquitectura, sabor e innovación. Es sentir el pulso de León: sus raíces, su arte y su orgullo. Aquí, cada bocado, cada trago y cada nota musical es una invitación a descubrir el corazón vibrante del Bajío.

Los mejores castillos de Europa, entre piedra, leyenda y paisaje

Redacción (Madrid)


Los mejores castillos de Europa: entre piedra, leyenda y paisaje
Europa es un continente atravesado por siglos de historia, y pocas construcciones hablan tan alto de su pasado como los castillos. Estas fortalezas, que combinan función militar, arquitectura monumental y simbolismo nobiliario, se reparten entre valles, acantilados y pequeñas aldeas a lo largo y ancho del continente. Algunos son joyas escondidas entre montañas, otros lucen con fama internacional. Su diversidad es tan amplia como los pueblos que los levantaron: desde los castillos del Loira hasta las torres azotadas por el viento de Escocia, cada piedra tiene una historia que contar.


Uno de los más icónicos es el castillo de Neuschwanstein, en Alemania, soñado por Luis II de Baviera e inspiración directa de Disney. Perchado entre bosques alpinos, esta fortaleza del siglo XIX parece sacada de un cuento de hadas, aunque nunca tuvo un uso militar real. Muy diferente es el castillo de Bran, en Rumanía, asociado popularmente con Vlad Tepes, el auténtico Drácula, y con una estética más austera y misteriosa, perfecta para los amantes del gótico y las leyendas oscuras.


Francia ofrece una ruta única por los castillos del Valle del Loira, donde joyas como Chambord o Chenonceau combinan arte renacentista, jardines meticulosos e historia íntima de la monarquía francesa. En cambio, en Escocia, el castillo de Eilean Donan destaca por su ubicación dramática en una pequeña isla entre fiordos, envuelto en nieblas y tradiciones celtas. Allí, cada piedra cuenta batallas, y cada sala guarda siglos de lucha, clan y cultura.


No podemos olvidar el impresionante Palacio da Pena, en Sintra (Portugal), un prodigio de colores y estilos arquitectónicos sobre una sierra que parece encantada. Tampoco el castillo de Hohenzollern, que corona una montaña en Alemania y ofrece vistas tan espectaculares como su arquitectura neogótica. Europa, en definitiva, es un tablero de piedras vivas, donde los castillos son testigos eternos de las luces y sombras de su historia.


Visitar estos castillos no es solo contemplar un paisaje de postal: es sumergirse en un pasado que, lejos de desaparecer, sigue hablándonos a través de torres, fosos y leyendas. Cada castillo es una puerta a otro tiempo, y cada visita, un pequeño viaje al corazón de la historia europea.


24 horas en Venecia, un día inolvidable en la ciudad de los canales

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Redacción (Madrid)

Venecia, la joya flotante del Adriático, es una ciudad que parece detenida en el tiempo. Su encanto radica en sus laberínticas calles, puentes de piedra y góndolas que se deslizan suavemente sobre los canales. Aunque una vida no basta para descubrir todos sus rincones, pasar 24 horas en esta ciudad italiana puede ofrecer una experiencia profundamente memorable, cargada de historia, arte y romance. Desde el alba hasta la medianoche, cada instante en Venecia tiene un aire de cuento.

El día comienza temprano, cuando la ciudad aún duerme y solo los gondoleros y panaderos llenan de vida las callejuelas. Desayunar un café con un “cornetto” en una pequeña pasticceria junto al Gran Canal es una delicia. A primera hora, la Plaza de San Marcos, sin las multitudes habituales, ofrece una imagen casi irreal. Es el momento ideal para visitar la Basílica de San Marcos y, si el tiempo lo permite, subir al Campanile para contemplar una vista panorámica que corta la respiración.

A medida que avanza el día, la ciudad despierta y se vuelve un mosaico de colores y sonidos. Pasear por el barrio de Dorsoduro es una experiencia más tranquila y auténtica, lejos de las aglomeraciones. Allí se encuentra la Galería de la Academia, hogar de grandes obras del Renacimiento veneciano. El almuerzo puede ser una oportunidad para probar cicchetti, las tapas venecianas, acompañadas por un spritz, la bebida insignia de la región, en una “osteria” a la orilla de un canal.

La tarde invita a perderse sin rumbo, cruzando puentes y descubriendo pequeñas plazas donde el tiempo parece haberse detenido. Un paseo en góndola al atardecer, aunque turístico, revela una perspectiva distinta de la ciudad, con fachadas que se reflejan en las aguas doradas por el sol poniente. La luz de Venecia, en esas últimas horas del día, ha inspirado a poetas y pintores durante siglos.

Por la noche, Venecia adquiere un aura mágica y misteriosa. Una cena en el barrio de Cannaregio, menos turístico, ofrece una experiencia culinaria más íntima y local. Al salir, las calles silenciosas y los canales oscuros reflejan la luna con una serenidad única. Así termina una jornada de 24 horas en una ciudad que no necesita más tiempo para enamorar. Porque en Venecia, incluso un solo día puede convertirse en un recuerdo eterno.