
Por David Agüera
Hay destinos que no se visitan, se viven. Ciudades que no se miran, se descubren. Rincones donde cada callejón es un susurro de historia, cada piedra del camino una página de novela. Guanajuato es uno de esos lugares. No se le aborda con prisas ni con la actitud del turista que colecciona postales; a Guanajuato se llega con el respeto que se le debe a una vieja gloria que sigue sabiendo contar sus batallas.

Durante los próximos diez días, la revista Lugares y Más y el programa Marca Exclusiva dejarán sus despachos, estudios y rutinas para trasladarse a este rincón de México que, más que un estado, es un relato en carne viva. Junto a Turismo de Guanajuato y la Agencia Código Viajero, nos adentraremos en un viaje que no solo busca contar, sino también comprender.
La expedición no es menor: me acompaña la jefa de redacción de la revista, Tamara Cotero, mirada aguda y cuaderno siempre dispuesto, para empaparnos juntos del alma de un destino que se resiste a ser etiquetado. Aquí no hay clichés: hay calles que parecen cuadros, plazas que fueron escenarios de revueltas, y una arquitectura que desarma con la misma facilidad con la que enamora.

León, respira modernidad sin haber renunciado a su esencia. Centro industrial, sí, pero también cuna de una cultura vibrante, de sabores que aún conservan el eco del fogón de abuela, y de una hospitalidad que no se enseña: se hereda. Aquí, el cuero no es solo materia prima, es símbolo de identidad, de esfuerzo y de una tradición que se defiende con orgullo.
Y sin embargo, el viaje no se detiene ahí. Guanajuato capital, esa joya que se derrama sobre las laderas como si la hubieran construido los mismos dioses de la narrativa, nos espera con sus túneles subterráneos, sus historias de insurgencia, y un colorido que no se puede narrar: se debe vivir.

Durante estos días, narrar será nuestro oficio, pero también nuestro privilegio. Porque Guanajuato no necesita artificios. Tiene leyendas que rivalizan con las de cualquier novela, museos que no acumulan polvo sino preguntas, y una vida nocturna que en vez de esconderse, se desborda.
Este viaje será crónica y será aventura. Será mirada extranjera y corazón implicado. En cada rincón encontraremos historias que merecen ser contadas con la dignidad de los grandes relatos y la pasión de quien, como nosotros, cree que viajar no es moverse: es transformarse.
Estén atentos. Guanajuato nos espera, y nosotros estamos dispuestos a dejar que nos cambie.
