Redacción (Madrid)

PEDERNALES, República Dominicana. — En el extremo más suroccidental del país, donde el azul del mar Caribe se funde con el verde de la Sierra de Bahoruco, se encuentra Pedernales, una provincia que durante décadas permaneció en el olvido, pero que hoy se perfila como uno de los destinos con mayor potencial turístico y ecológico de la República Dominicana.

Con apenas 20 mil habitantes, este rincón fronterizo con Haití guarda algunos de los paisajes más vírgenes del Caribe. Playas de arena blanca, montañas cubiertas de pinos, ríos cristalinos y una biodiversidad única hacen de Pedernales un paraíso natural que comienza a atraer miradas nacionales e internacionales.

Un futuro en construcción

El gobierno dominicano ha apostado por convertir la zona en un modelo de turismo sostenible. El “Proyecto de Desarrollo Turístico de Pedernales”, una ambiciosa iniciativa pública-privada, busca transformar la región mediante la construcción de hoteles ecológicos, un aeropuerto internacional y una infraestructura moderna, sin sacrificar su equilibrio ambiental.

“Pedernales no será otro destino de turismo masivo; será un ejemplo de cómo convivir con la naturaleza”, declaró recientemente David Collado, ministro de Turismo, durante una visita de supervisión de las obras en Cabo Rojo, el corazón del proyecto.

La magia de sus paisajes

Desde el Parque Nacional Jaragua hasta la paradisíaca Bahía de las Águilas —considerada una de las playas más bellas y prístinas del mundo—, Pedernales ofrece un espectáculo natural incomparable. En el camino, los visitantes pueden avistar flamencos rosados en la Laguna de Oviedo, explorar senderos en la Sierra de Bahoruco o disfrutar de la calidez de sus comunidades rurales.

La pesca artesanal, la producción de café y la agricultura de subsistencia son, hasta ahora, las principales fuentes de vida para los habitantes de la provincia. Sin embargo, el auge del turismo promete diversificar la economía local, aunque también plantea desafíos en materia ambiental y social.

Un destino por descubrir

A pesar de los retos, Pedernales sigue siendo un territorio de esperanza. Su autenticidad, su gente y su belleza intacta representan una oportunidad única para redefinir el turismo dominicano bajo principios de sostenibilidad y respeto por la naturaleza.

Mientras el sol se oculta sobre el horizonte de Cabo Rojo y el viento sopla desde las montañas, Pedernales parece despertar lentamente, consciente de que el futuro ya ha comenzado —y que el mundo está a punto de descubrir su verdadero encanto.

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