
Redacción (Madrid)
Punta Cana, ese extremo oriental de la República Dominicana donde el Caribe se desborda en azules imposibles, continúa consolidándose como uno de los destinos de lujo más codiciados del hemisferio. Su combinación de playas infinitas, resorts de clase mundial y una oferta creciente de experiencias personalizadas convierte cada visita en un retiro privilegiado.
Una llegada que marca el tono del viaje
Desde el momento en que el visitante aterriza en el Aeropuerto Internacional de Punta Cana, el ambiente es de sofisticación relajada. Servicios VIP facilitan un desembarque ágil, y vehículos privados —muchos de ellos de alta gama— esperan para iniciar un trayecto cómodo hacia los complejos turísticos, que suelen ubicarse a pocos minutos del aeropuerto.
Resorts que reinventan el concepto de exclusividad
El lujo en Punta Cana se vive de forma integral. Hoteles “solo para adultos” ofrecen tranquilidad absoluta y atención hiperpersonalizada, mientras que complejos familiares de alto nivel incorporan suites con mayordomo, piscinas privadas y acceso a clubes de playa reservados para huéspedes premium. La arquitectura tropical contemporánea, con maderas nobles, techos altos y espacios diáfanos, refuerza la sensación de evasión.
La gastronomía merece capítulo aparte. Chefs internacionales dirigen restaurantes donde conviven degustaciones caribeñas con propuestas mediterráneas, asiáticas o de autor. En muchos casos, el viajero puede disfrutar de cenas privadas frente al mar, acompañadas de catas de ron dominicano o de champagne francés.
También hay espacio para el deporte. Campos de golf diseñados por figuras como Jack Nicklaus y Tom Fazio ofrecen vistas espectaculares al océano. Para quienes prefieren la aventura suave, excursiones en buggy, paseos a caballo al atardecer o visitas a cenotes completan el repertorio.
Experiencias diseñadas para vivir el paraíso
El lujo en Punta Cana no se reduce a la comodidad del resort. A bordo de yates privados, los visitantes navegan hacia arrecifes protegidos para practicar snorkel entre peces de colores o realizan escapadas a playas casi desiertas. Los amantes del bienestar encuentran en los spas de inspiración local rituales con productos naturales —como coco, cacao o café dominicano— que se integran con técnicas modernas de hidroterapia.
Un destino que evoluciona sin perder su esencia
Punta Cana se ha convertido en sinónimo de lujo porque ha sabido adaptarse a las demandas del viajero moderno sin renunciar a su espíritu caribeño. La hospitalidad dominicana —cálida, alegre y cercana— sigue siendo el corazón de la experiencia. Cada sonrisa, cada saludo, cada detalle marca la diferencia.






