
Redacción (Madrid)
En un giro inesperado para el turismo global, Corea del Norte ha inaugurado el Wonsan Kalma Coastal Tourist Area. Este complejo, que se extiende a lo largo de la costa este del país, busca posicionarse como un destino exclusivo para turistas internacionales, aunque con restricciones notables.

El acceso a Corea del Norte sigue siendo altamente controlado. Los turistas deben obtener una visa a través de agencias de viajes autorizadas por el gobierno norcoreano. Desde la reapertura de fronteras en 2024, el país ha permitido la entrada de ciudadanos rusos, quienes han sido los primeros en disfrutar de las instalaciones del resort. Sin embargo, las visitas de turistas de otras nacionalidades siguen siendo limitadas y están sujetas a estrictas regulaciones.
El Wonsan Kalma ofrece una variedad de servicios diseñados para brindar una experiencia de lujo en un entorno controlado. El complejo cuenta con 54 hoteles, centros comerciales, restaurantes, un parque acuático y una playa de 4 kilómetros. Los visitantes pueden disfrutar de actividades recreativas, espectáculos culturales y una gastronomía que combina influencias locales e internacionales.

A pesar de las instalaciones modernas, la interacción con la población local es limitada, y las actividades turísticas están estrictamente supervisadas por guías designados. Esto asegura que los visitantes permanezcan dentro de las áreas designadas y sigan las normativas establecidas por el régimen.
El Wonsan Kalma representa un esfuerzo significativo por parte de Corea del Norte para diversificar su economía y proyectar una imagen de apertura al mundo. Sin embargo, las restricciones de acceso y la supervisión constante plantean preguntas sobre la autenticidad de la experiencia turística ofrecida. Para aquellos interesados en destinos fuera de lo común, este resort ofrece una oportunidad única.
