Redacción (Madrid)

Ubicada en la costa sur de Cuba, Cienfuegos es más que una ciudad; es un testimonio viviente del mestizaje cultural, la elegancia arquitectónica y la identidad resiliente de un pueblo que ha sabido reinventarse entre aguas tranquilas y siglos convulsos.

La Perla del Sur

Apodada con razón «La Perla del Sur», Cienfuegos deslumbra desde el primer vistazo. Fundada en 1819 por colonos franceses bajo el amparo de la corona española, su traza urbana ordenada, de inspiración neoclásica, revela una ambición civilizadora poco común en el Caribe de aquel entonces. Hoy, ese legado sigue intacto, y su centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2005.

El Malecón y el alma marinera

Caminar por el malecón cienfueguero es adentrarse en una postal perpetua. Las aguas de la bahía –una de las más protegidas y profundas del país– acunan embarcaciones mientras se filtran en las conversaciones de pescadores, niños y turistas. Aquí, el mar no es frontera, sino punto de encuentro, un espejo que refleja la identidad de toda una región.

Arquitectura con acento francés

Pocas ciudades cubanas presumen de un trazado tan pulcro, de calles tan amplias y avenidas que parecen respirar al compás del sol. El Parque Martí, corazón simbólico de la ciudad, está rodeado de joyas como el majestuoso Teatro Tomás Terry, el Palacio de Gobierno y la Catedral de la Purísima Concepción. Cada edificio es un capítulo que narra la historia de Cienfuegos con una voz clara, elegante y a la vez resistente.

Una cultura que late fuerte

Cienfuegos no vive del pasado. Su presente cultural es dinámico y diverso. La música –sobre todo la trova y el son– se siente en las esquinas y en espacios como la Casa de la Cultura, donde jóvenes artistas conviven con viejas glorias. Y cómo no mencionar al eterno Benny Moré, “el Bárbaro del Ritmo”, hijo ilustre de estas tierras que puso a bailar a todo un continente.

Retos y futuro

Como el resto de Cuba, Cienfuegos enfrenta retos económicos, migratorios y sociales. Pero su gente, hospitalaria y tenaz, mantiene viva la esperanza. Las iniciativas de turismo sostenible, la revalorización del patrimonio y el impulso a la economía local dibujan un horizonte en construcción.

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