Menorca Talayótica, un viaje al corazón prehistórico del Mediterráneo

Redacción (Madrid)

En el corazón del Mediterráneo occidental, la isla de Menorca alberga un legado arqueológico excepcional: la cultura talayótica. Este conjunto de monumentos prehistóricos, que se desarrolló entre el 1600 a.C. y el 123 a.C., fue reconocido en 2023 como Patrimonio Mundial por la UNESCO, destacando su valor universal excepcional y su estado de conservación .

Menorca cuenta con más de 1.500 yacimientos arqueológicos, siendo la isla con mayor densidad de restos prehistóricos por kilómetro cuadrado en el mundo . Estos yacimientos incluyen asentamientos, necrópolis, santuarios y estructuras monumentales que reflejan una arquitectura ciclópea única, construida con grandes bloques de piedra sin mortero.

Naveta des Tudons: Considerada el edificio íntegramente conservado más antiguo de Europa, esta construcción funeraria en forma de nave invertida data de la Edad del Bronce y es uno de los símbolos más emblemáticos de la isla .

Torre d’en Galmés: Uno de los poblados talayóticos más grandes de las Islas Baleares, situado sobre una colina que ofrece vistas panorámicas del sur de Menorca. Se conservan tres grandes talayots y numerosas casas circulares.

Trepucó: Este asentamiento destaca por su imponente talayot central y su taula, la más alta de Menorca, que podría haber tenido una función religiosa o astronómica .

Calescoves: Una necrópolis con más de 90 cuevas funerarias excavadas en los acantilados, utilizada desde la Edad del Bronce hasta la época romana. La cala también fue un importante fondeadero en la antigüedad.

La cultura talayótica no solo se manifiesta en sus monumentos, sino también en el paisaje menorquín. Las construcciones de piedra seca, como muros y terrazas, son herencia directa de esta cultura y configuran un entorno agrícola que ha perdurado hasta nuestros días .

Explorar la Menorca talayótica es adentrarse en una historia milenaria. La isla ofrece rutas arqueológicas bien señalizadas y centros de interpretación que permiten al visitante comprender la importancia de este patrimonio. Además, la integración de la cultura talayótica en la oferta turística promueve un turismo sostenible y respetuoso con el entorno.

La Menorca talayótica es un testimonio excepcional de una cultura prehistórica que supo adaptarse y prosperar en un entorno insular. Su reconocimiento como Patrimonio Mundial subraya la necesidad de preservar y valorar este legado, invitando a los visitantes a descubrir una de las joyas arqueológicas más importantes del Mediterráneo.

Un destino histórico del báltico, Riga, la capital letona

Redacción (Madrid)

Ubicada a orillas del río Daugava, Riga, la capital de Letonia, es una joya europea que combina historia, arquitectura impresionante y una vibrante vida cultural. Esta ciudad, la más grande de los países bálticos, se ha convertido en un destino turístico cada vez más popular gracias a su atmósfera cosmopolita y su riqueza patrimonial. En Riga, el pasado medieval convive armoniosamente con la modernidad, ofreciendo a los visitantes una experiencia única.

El casco antiguo de Riga, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es el corazón histórico de la ciudad. Calles empedradas, iglesias góticas y casas de gremios medievales transportan a los viajeros a siglos pasados. La Catedral de Riga y la Iglesia de San Pedro son algunos de los hitos arquitectónicos más destacados, junto con la célebre Casa de las Cabezas Negras, un edificio renacentista reconstruido con gran fidelidad.

Además, Riga ofrece una de las colecciones más grandes de arquitectura Art Nouveau en Europa. Al caminar por el distrito de Alberta iela, los turistas quedan maravillados por las fachadas ornamentadas, figuras mitológicas y detalles únicos que adornan cada edificio. Esta expresión artística, símbolo del auge económico de la ciudad a principios del siglo XX, se ha convertido en uno de los principales atractivos turísticos.

Más allá de su valor histórico, Riga es una ciudad con una intensa vida cultural. Museos como el Museo Nacional de Arte de Letonia o el Museo de la Ocupación ofrecen perspectivas valiosas sobre la historia y el arte letones. Al caer la noche, la ciudad se transforma con bares acogedores, cafeterías bohemias y una escena musical vibrante que va desde conciertos de música clásica hasta festivales de electrónica.

Riga también es un punto de encuentro para eventos internacionales como el Festival de Luz «Staro Riga» o el Mercado de Navidad en la Plaza del Ayuntamiento, ambos experiencias mágicas que reflejan el espíritu acogedor y creativo de la ciudad.

La cercanía al mar Báltico y a parques naturales permite combinar la visita urbana con actividades al aire libre. El parque Bastejkalna o la playa de Jūrmala, a solo media hora de distancia, son opciones ideales para quienes buscan relajación en entornos naturales.

La gastronomía en Riga es otro punto a destacar. Desde platos tradicionales como el grey peas with speck (guisantes con tocino) hasta opciones gourmet en restaurantes modernos, la oferta culinaria mezcla raíces bálticas con tendencias contemporáneas. Los mercados como el Central Market, ubicado en antiguos hangares de zepelines, son ideales para explorar sabores locales y productos artesanales.

Riga es mucho más que una capital báltica: es un destino que sorprende por su belleza, su historia y su espíritu creativo. Ofrece una experiencia completa al viajero curioso, desde el deleite estético de sus calles hasta la calidez de su gente. Quienes visitan Riga no solo descubren una ciudad encantadora, sino también una puerta abierta al alma del norte de Europa.

Los 10 restaurantes más exclusivos de España

Redacción (Madrid)
España, tierra de tradiciones culinarias profundas y de vanguardia, alberga algunos de los restaurantes más exclusivos y codiciados del mundo. Lugares donde la gastronomía se convierte en arte y la experiencia trasciende lo meramente alimenticio. Reservar en ellos suele ser un desafío, y vivir la experiencia, un lujo reservado para unos pocos. Cada uno de estos espacios representa lo mejor de la cocina española contemporánea y clásica, siempre con una puesta en escena impecable.

El Celler de Can Roca, en Girona, liderado por los hermanos Roca, es un templo gastronómico que combina innovación, memoria y técnica impecable. DiverXO, en Madrid, con David Muñoz a la cabeza, ofrece un viaje irreverente y sorprendente por sabores globales en un entorno rompedor. Azurmendi, de Eneko Atxa en Larrabetzu, es una oda a la sostenibilidad, la naturaleza y la cocina vasca reinterpretada con elegancia extrema. Martín Berasategui, en Lasarte-Oria, brilla con luz propia gracias a la precisión y pasión de uno de los chefs más laureados del país.

Entre los destinos más exclusivos se encuentra también ABaC, en Barcelona, donde Jordi Cruz construye universos sensoriales a través de menús que rozan la perfección técnica y estética. Arzak, en San Sebastián, mantiene viva la llama de la cocina de autor gracias a Juan Mari y Elena Arzak, fusionando tradición y vanguardia. Quique Dacosta Restaurante, en Dénia, se erige como un laboratorio de creatividad donde la esencia mediterránea se transforma en experiencias únicas para el paladar.

Atrio, en Cáceres, combina alta gastronomía y enología en un marco arquitectónico impresionante, de la mano de Toño Pérez y José Polo. Noor, en Córdoba, liderado por Paco Morales, transporta a los comensales a la época de Al-Ándalus, reinterpretando recetas ancestrales con una sofisticación que roza lo sublime. Aponiente, en El Puerto de Santa María, donde Ángel León, el “chef del mar”, convierte ingredientes marinos inéditos en platos de altísimo nivel, cierra esta selección de espacios que son verdaderos templos del buen gusto.

Acceder a una mesa en cualquiera de estos restaurantes no solo requiere reserva anticipada, sino también una actitud abierta a la experimentación y el asombro. En muchos casos, la experiencia va más allá de los platos, incorporando visitas a bodegas, huertos ecológicos o espectáculos audiovisuales que potencian la narrativa de cada menú. Cada bocado está pensado para emocionar, sorprender y, en ocasiones, provocar al comensal, desafiando su percepción de lo que es la gastronomía.

España continúa consolidándose como una potencia mundial en la alta cocina gracias a estos espacios exclusivos que no dejan de innovar, respetando al mismo tiempo sus raíces. Estos diez restaurantes no son solo lugares donde comer; son escenarios donde la historia, la cultura, la técnica y la pasión se encuentran para ofrecer experiencias memorables. Más que una comida, visitar cualquiera de ellos representa formar parte, durante unas horas, de una obra de arte viva y efímera.

Santiago de Cuba: donde la historia y la cultura laten con fuerza

Redacción (Madrid)

Al sureste del archipiélago cubano, donde la Sierra Maestra besa el mar Caribe y el sol parece rendirse con reverencia sobre los tejados coloniales, se encuentra una ciudad que no solo vive la historia, sino que la encarna: Santiago de Cuba.

Fundada en 1515 por el conquistador Diego Velázquez, Santiago es la segunda ciudad más importante de la isla y, para muchos, su corazón más rebelde. Aquí comenzó el camino de la independencia, con gestas heroicas que han marcado para siempre el espíritu indomable de sus habitantes. No por gusto se le conoce como la “cuna de la Revolución”.

Caminar por sus calles es sumergirse en una mezcla vibrante de tradición y resistencia. Desde el Parque Céspedes, centro neurálgico de la ciudad, hasta la majestuosa Catedral Metropolitana, cada rincón guarda memorias del pasado colonial, del auge del comercio marítimo y del fervor revolucionario. A unos pocos kilómetros, en el Cementerio de Santa Ifigenia, reposan los restos de figuras claves de la historia cubana como José Martí, Carlos Manuel de Céspedes y Fidel Castro, cuyas tumbas son visitadas a diario con una solemnidad que trasciende lo político para convertirse en culto a la identidad nacional.

Pero Santiago no es solo historia. Es tambor, es son, es carnaval. Aquí, la música no se escucha, se respira. El legendario Septeto Santiaguero y el espíritu del son cubano se encuentran en cada esquina, y las noches se iluminan con el ritmo pegajoso de los tambores afrocubanos que brotan desde el corazón del barrio Tivolí o del patio de la Casa de la Trova. Las influencias caribeñas, haitianas y españolas han dado lugar a una de las culturas más ricas y diversas del país.

A nivel geográfico, Santiago destaca por su compleja topografía: colinas que se elevan abruptamente, calles empinadas y miradores naturales que regalan vistas espectaculares del puerto natural, uno de los más profundos de América. Todo esto enmarcado por una vegetación tropical que hace de la ciudad un paraíso de contrastes visuales.

El calor de su clima solo es superado por el de su gente: hospitalaria, orgullosa, resiliente. En Santiago, la cubanía se vive con intensidad y sin adornos. Aquí no hay espacio para la indiferencia; todo es pasión, color y carácter.

El Amanera, el hotel mas sorprendente de Republica Dominicana

Redacción (Madrid)

En una costa salvaje del norte dominicano, donde las montañas verdes se sumergen en el azul profundo del Atlántico y la selva tropical abraza cada rincón, se encuentra Amanera, un hotel que no es simplemente un alojamiento, sino una experiencia transformadora. Este refugio de lujo, parte del prestigioso grupo Aman, redefine lo que significa hospedarse en el Caribe, fusionando arquitectura moderna, sostenibilidad y la serenidad de la naturaleza en su máxima expresión.

En un país conocido por sus resorts todo incluido, Amanera se alza como un santuario de exclusividad, privacidad y diseño, pensado para quienes buscan algo más profundo que sol y playa: buscan conexión.

Situado en lo alto de un acantilado con vistas a la espectacular Playa Grande, Amanera ofrece acceso directo a una de las playas más hermosas y vírgenes del país. Lejos del bullicio turístico, la costa norte conserva aún ese aire de misterio tropical que tanto atrae a los viajeros más exigentes. Arena dorada, olas ideales para el surf y kilómetros de litoral sin urbanizar lo convierten en un lugar casi secreto.

Desde sus villas con piscina privada, integradas sutilmente en la vegetación, se puede contemplar la inmensidad del océano en total intimidad.

Amanera no impone su presencia: la arquitectura se adapta al entorno, respetando cada curva del terreno y cada árbol centenario. Las 25 casitas del resort se dispersan a lo largo de la colina, todas con vistas al mar, construidas con materiales naturales y líneas limpias que reflejan el estilo minimalista de Aman, siempre en diálogo con la cultura local.

Los espacios comunes, como el restaurante, el lounge o el spa, flotan entre el cielo y la selva, en armonía con el entorno. Todo está diseñado para que el huésped sienta que está habitando la naturaleza, no dominándola.

Lo que diferencia a Amanera no es solo su lujo visual, sino su filosofía de hospitalidad. Aquí, el servicio es discreto, anticipado y personalizado. Se pueden organizar caminatas guiadas por el bosque, visitas a plantaciones de cacao, excursiones en barco por la costa, clases de yoga al amanecer o tratamientos de bienestar con hierbas locales.

Los amantes del golf encontrarán en el Playa Grande Golf & Ocean Club uno de los campos más espectaculares del Caribe, diseñado por Robert Trent Jones Sr. y remodelado por su hijo.

Y para los que buscan introspección, Amanera ofrece algo cada vez más escaso en el mundo moderno: silencio, espacio y tiempo.

En un mundo cada vez más ruidoso, Amanera representa el lujo del silencio, de la autenticidad y del tiempo bien vivido. No es solo el hotel más sorprendente de la República Dominicana, sino también uno de los más impactantes del hemisferio por su forma de entender el turismo: con respeto, belleza y alma.

Amanera no se visita, se experimenta. Y quien ha dormido en su paz, jamás la olvida.

Cuba bajo tierra, historias de las cuevas y túneles secretos del país

Redacción (Madrid)
Cuando se piensa en Cuba, es fácil imaginar playas de arena blanca, calles vibrantes y autos clásicos que parecen suspendidos en el tiempo. Sin embargo, bajo la superficie, existe un mundo desconocido lleno de misterio: las cuevas y túneles secretos que atraviesan el subsuelo de la isla. Desde formaciones naturales hasta pasajes construidos por el hombre, Cuba guarda en sus entrañas historias fascinantes que merecen ser contadas.

La Cueva de Santo Tomás, en la provincia de Pinar del Río, es uno de los sistemas cavernarios más impresionantes de América Latina. Con más de 46 kilómetros de galerías exploradas, esta maravilla natural esconde pinturas rupestres que datan de tiempos precolombinos. A lo largo de sus niveles y pasajes, se percibe una atmósfera casi mística, como si cada piedra conservara secretos de antiguos habitantes taínos y cimarrones que buscaron refugio en su interior.

Más allá de las maravillas naturales, en La Habana se esconden túneles construidos durante la Guerra Fría. Durante los años sesenta, temiendo una invasión estadounidense, el gobierno cubano ordenó la construcción de una red subterránea destinada a proteger a la población y al liderazgo político. Muchos de estos pasajes, ocultos bajo escuelas, hospitales y edificios gubernamentales, permanecen cerrados al público y solo sobreviven en relatos de quienes trabajaron en su excavación.

En otras ciudades, como Matanzas, las cuevas también tienen un valor histórico y cultural. La Cueva de Bellamar, descubierta accidentalmente en 1861, se ha convertido en una de las principales atracciones turísticas. Con estalactitas y estalagmitas que forman impresionantes figuras, Bellamar es una ventana al pasado geológico de la isla, pero también guarda leyendas locales sobre tesoros ocultos y apariciones fantasmales.

El uso de túneles no se limita al pasado. En épocas más recientes, los cubanos han recurrido al subsuelo como medio de resistencia y supervivencia. Hay testimonios de túneles improvisados para el contrabando o el escape, especialmente en las zonas costeras donde las restricciones políticas y económicas empujaron a algunos a buscar rutas alternativas, lejos de la vigilancia estatal.

Cuba, bajo tierra, revela un rostro menos conocido pero igual de fascinante. Ya sea en las profundidades de una cueva milenaria o en los corredores secretos de una ciudad moderna, cada rincón subterráneo cuenta una historia de resistencia, creatividad y misterio. Adentrarse en este mundo oculto es explorar no solo la geografía de la isla, sino también la profundidad de su espíritu.

Los imprescindibles para viajar a República Dominicana

Redacción (Madrid)

República Dominicana es uno de los destinos más populares del Caribe, conocida por sus playas paradisíacas, su clima cálido durante todo el año y su variada oferta turística que va desde resorts todo incluido hasta aventuras en la montaña. Para disfrutar plenamente de la experiencia, empacar de forma inteligente es esencial. A continuación, te ofrecemos una guía práctica sobre qué llevar en la maleta si vas a visitar el país.

1. Ropa ligera y adecuada para el clima tropical

El clima en República Dominicana es mayormente cálido y húmedo, con temperaturas que oscilan entre los 25°C y 32°C durante todo el año. Por ello, se recomienda empacar ropa liviana, transpirable y cómoda.

Incluye en tu equipaje:

  • Camisetas y blusas de algodón o lino
  • Pantalones cortos, bermudas o faldas
  • Vestidos frescos
  • Ropa de baño (preferiblemente más de uno)
  • Ropa interior ligera
  • Gafas de sol y sombrero o gorra para el sol

Si planeas salir por la noche o visitar restaurantes formales, lleva al menos un conjunto más elegante (vestido informal o pantalón largo con camisa).

2. Calzado adecuado para diferentes actividades

Dependiendo de tu itinerario, necesitarás diferentes tipos de calzado. Las chancletas o sandalias son indispensables para la playa, pero también es recomendable llevar calzado cerrado para excursiones o caminatas.

Recomendado:

  • Sandalias cómodas
  • Zapatillas deportivas o calzado para caminar
  • Calzado cerrado casual para salidas nocturnas o cenas

3. Artículos de protección solar y cuidado personal

El sol en República Dominicana es fuerte, especialmente en zonas costeras. Es fundamental protegerse para evitar quemaduras o golpes de calor.

No olvides empacar:

  • Protector solar de amplio espectro (FPS 30 o superior)
  • Bálsamo labial con protección solar
  • Repelente de insectos (especialmente útil en zonas rurales o al atardecer)
  • Sombrero de ala ancha o gorra
  • After sun o gel de aloe vera por si te quemas

En cuanto a artículos de higiene personal, aunque muchos se pueden conseguir localmente, siempre es útil llevar los productos específicos que usas a diario.

4. Documentación y tecnología

Viajar con los documentos necesarios y la tecnología adecuada puede evitarte inconvenientes.

Empaca:

  • Pasaporte válido
  • Copias impresas o digitales de tus reservas y seguros de viaje
  • Adaptador de enchufe (el estándar es tipo A/B, 120V)
  • Teléfono móvil desbloqueado (para usar con SIM local si lo deseas)
  • Cargadores, batería portátil y auriculares

5. Otros elementos útiles

Algunos accesorios pueden hacer tu viaje mucho más cómodo.

Útiles adicionales:

  • Botella reutilizable para agua
  • Mochila pequeña para excursiones diarias
  • Toalla de secado rápido
  • Impermeable ligero o paraguas (especialmente si viajas entre mayo y noviembre, temporada de lluvias)
  • Kit de primeros auxilios básico (analgésicos, curitas, antihistamínicos)

La Sierra de Mariola, un espacio natural encantador e inexplorado del levante español

Redacción (Madrid)

En el interior de la provincia de Alicante, donde la vegetación mediterránea se entrelaza con antiguos caminos de piedra y el aire huele a hierbas silvestres, se alza la Sierra de Mariola, uno de los espacios naturales más encantadores y menos explorados del levante español. Declarada Parque Natural en 2002, esta sierra no solo es un pulmón verde de biodiversidad, sino también un refugio cultural cargado de historia, leyendas y silencio.

La Sierra de Mariola es uno de esos destinos que no se visitan por casualidad: se elige ir. Y una vez que se entra en su ritmo pausado, en sus senderos flanqueados por carrascas, fuentes y masías olvidadas, es fácil entender por qué ha inspirado a poetas, botánicos y viajeros durante siglos.

Uno de los mayores tesoros de Mariola es su riqueza botánica. Conocida desde tiempos antiguos por la abundancia de plantas medicinales y aromáticas, esta sierra da nombre incluso a la famosa infusión digestiva valenciana: el “herbero de Mariola”. Pasear por sus laderas es un deleite para los sentidos: romero, tomillo, espliego, manzanilla, ajedrea… El olor cambia con el viento y la estación.

Sus múltiples senderos, bien señalizados, conectan antiguos molinos, neveros (pozos de nieve) y fuentes naturales. Rutas como la subida al Montcabrer, su pico más alto (1.390 m), ofrecen panorámicas espectaculares de los valles del interior alicantino y valenciano.

En torno a la sierra se encuentran pueblos con un fuerte carácter y tradición. Bocairent, con su casco histórico medieval esculpido en piedra, es quizás el más famoso. Sus cuevas moriscas, su plaza de toros tallada en roca y sus calles estrechas parecen detenidas en el tiempo.

Otros pueblos como Agres, Alfafara o Muro de Alcoy son menos conocidos pero igualmente encantadores, ideales para perderse entre calles tranquilas, probar la gastronomía local y escuchar a los mayores contar historias de nieves eternas y contrabandistas de montaña.

Más allá de su belleza natural, Mariola guarda un patrimonio escondido. Entre sus montañas se encuentran antiguos neveros o «cavas», como la impresionante Cava Arquejada, construida entre los siglos XVI y XVIII para almacenar nieve y venderla durante el verano en ciudades costeras como Valencia o Alicante.

También abundan las ermitas solitarias, como la de la Virgen de Agres, lugar de peregrinación desde el siglo XV, y vestigios de antiguos caminos de trashumancia y torres de vigilancia de la época islámica.

Visitar la Sierra de Mariola es un acto de desaceleración. Aquí no hay grandes hoteles ni masificaciones. La mayoría de alojamientos son casas rurales, hospederías y pequeños hoteles familiares que invitan al descanso, a la lectura o a contemplar las estrellas en noches claras.

Es un destino ideal para el turismo de bienestar, la fotografía de naturaleza, el senderismo, las rutas en bici o simplemente para reconectar con uno mismo.

La Sierra de Mariola no necesita artificios para enamorar. Su encanto radica en la autenticidad, en la armonía entre paisaje y tradición, en la sensación de caminar por caminos antiguos sabiendo que otros lo hicieron siglos atrás. Es un lugar donde el tiempo no se detiene, pero sí se suaviza.

Quien descubre Mariola no solo encuentra un destino, sino también una forma de viajar más consciente, más íntima y más respetuosa.

Holguín, el secreto mejor guardado del caribe en forma de playa

Redacción (Madrid)

En el corazón del oriente cubano, la provincia de Holguín es un tesoro natural que combina historia, cultura y, sobre todo, algunas de las playas más hermosas del Caribe. A diferencia de los destinos más masificados de la isla, como Varadero o Cayo Coco, Holguín ofrece un litoral virgen, tranquilo y de una belleza casi intacta. Aquí, cada playa es una invitación al descanso, la contemplación y la aventura.

Quien pisa la arena blanca de Guardalavaca o se sumerge en las aguas cristalinas de Playa Esmeralda descubre un destino que va más allá del sol y el mar. Es una experiencia de conexión con lo esencial.

Guardalavaca es, sin duda, la playa más conocida de Holguín. Su nombre, pintoresco y lleno de leyendas, da paso a una costa de arena fina, bordeada por cocoteros y bañada por un mar turquesa. Es ideal tanto para familias como para parejas o viajeros solos. Aquí se combinan resorts todo incluido con zonas de acceso libre, y la oferta de actividades acuáticas es abundante: esnórquel, kayak, windsurf y buceo entre arrecifes.

Lo que la hace especial no es solo su belleza, sino la hospitalidad de la gente local y la cercanía con pueblos tradicionales donde aún se respira el alma cubana.

Más exclusiva y escondida, Playa Esmeralda es una joya reservada para los amantes del confort y la tranquilidad. Rodeada por un entorno natural protegido y hoteles cinco estrellas integrados al paisaje, esta playa ofrece privacidad y un mar de tonalidades únicas. Es un lugar ideal para desconectar, disfrutar de tratamientos de spa frente al océano o degustar gastronomía gourmet con el sonido de las olas como fondo.

Sus aguas tranquilas y cristalinas son perfectas para el buceo y el esnórquel, con una rica vida marina a pocos metros de la costa.

Playa Pesquero, con su amplia extensión de arena clara y suave oleaje, es la favorita de muchos viajeros europeos. Alberga uno de los resorts más grandes del país, pero su extensión permite espacios de tranquilidad. Es una playa ideal para familias, con excelente infraestructura y variadas opciones de entretenimiento.

Además, está muy cerca del Parque Nacional Bahía de Naranjo, donde se puede nadar con delfines o hacer excursiones ecológicas en barco.

Si buscas algo más auténtico y menos turístico, Playa Don Lino y Los Caletones son perfectas para ti. Son playas pequeñas, rústicas y acogedoras, donde puedes convivir con pescadores locales y sentir el ritmo pausado de la vida en el campo cubano. Ideales para mochileros y ecoturistas.

Las playas de Holguín no compiten por brillar; simplemente son. Hermosas, tranquilas, diversas y auténticas. Ya sea que busques lujo, aventura, descanso o cultura, este rincón oriental de Cuba lo tiene todo.

Descubrir Holguín es descubrir el alma del Caribe en su estado más puro.

La Ruta del Cares, un viaje al corazón de los Picos de Europa

Redacción (Madrid)

Enclavada en uno de los rincones más espectaculares del norte de España, La Ruta del Cares es mucho más que un simple sendero de montaña. Es una experiencia inmersiva en la majestuosa belleza de los Picos de Europa, una travesía que seduce tanto a senderistas experimentados como a caminantes ocasionales por su combinación única de historia, naturaleza salvaje y paisajes sobrecogedores.

Un camino entre abismos

La ruta conecta las localidades de Caín (León) y Poncebos (Asturias), a lo largo de unos 12 kilómetros que serpentean entre desfiladeros vertiginosos, túneles excavados a mano y puentes colgantes sobre el río Cares. A menudo apodado “la Garganta Divina”, este sendero se abre paso por un estrecho cañón que parece haber sido esculpido por los dioses.

La historia de este camino es tan impresionante como su geografía. Originalmente trazado a principios del siglo XX para dar mantenimiento al canal hidráulico de la central eléctrica de Camarmeña, fue ampliado y acondicionado entre 1945 y 1950. La obra, realizada en condiciones extremas, dejó como legado una ruta de senderismo que hoy figura entre las más populares de España.

Naturaleza en estado puro

Recorrer la Ruta del Cares es adentrarse en un ecosistema vibrante. Los cortados de roca caliza albergan una fauna diversa que incluye rebecos, buitres leonados e incluso el esquivo quebrantahuesos, recientemente reintroducido en la zona. La flora, que varía con la altitud, pinta de verdes, ocres y violetas el paisaje a lo largo del año.

En cada curva del sendero, el caminante encuentra vistas panorámicas que desafían la imaginación: paredes verticales de más de 1000 metros, el cauce esmeralda del río varios cientos de metros más abajo y la silueta de las cumbres recortándose contra el cielo. Es un espectáculo natural que impone respeto y a la vez invita a la contemplación.

Consejos para el viajero

Aunque el recorrido no presenta grandes dificultades técnicas, no debe subestimarse. El terreno es irregular, estrecho en algunos tramos y carece de barandillas, por lo que se recomienda precaución, calzado adecuado y evitar los días de mucha afluencia. También es importante llevar agua, algo de comida y consultar la previsión meteorológica antes de iniciar la marcha.

Para quienes no deseen hacer el trayecto completo de ida y vuelta (24 km), una opción habitual es organizar transporte al punto de partida o llegada, o pernoctar en una de las localidades del recorrido para disfrutar con calma del entorno.

Más allá del sendero

La Ruta del Cares es también una puerta de entrada al Parque Nacional de los Picos de Europa, una de las joyas naturales de la península ibérica. A poca distancia, se pueden visitar lugares tan emblemáticos como el Naranjo de Bulnes (Picu Urriellu), el monasterio de Santo Toribio de Liébana o los lagos de Covadonga.

La gastronomía local es otro de los grandes atractivos. Platos como el cabrito guisado, la fabada o los quesos artesanales —en especial el de Cabrales— permiten recuperar fuerzas con sabor y tradición tras la caminata.