
Redacción (Madrid)
Viajar por España es recorrer un país donde la historia ha dejado huellas imborrables en piedra, mármol, ladrillo y hierro. Quien se acerca a su patrimonio arquitectónico se adentra en un verdadero Parnaso de la arquitectura, un escenario donde confluyen estilos, épocas y talentos que convierten cada ciudad en una lección viva de arte y cultura. Este viaje turístico permite descubrir la esencia del país a través de sus edificaciones más emblemáticas, desde templos ancestrales hasta vanguardistas obras contemporáneas.

El recorrido comienza en el esplendor medieval, donde las catedrales góticas se alzan como símbolos de fe y poder. Caminar por ciudades como Burgos, León o Toledo es sentir la historia latiendo en cada piedra, mientras los vitrales y pináculos apuntan al cielo como poemas de luz y verticalidad. El visitante que recorre estos espacios no solo contempla arquitectura, sino que se sumerge en la atmósfera de siglos pasados, imaginando procesiones, campanas y ecos de voces que todavía parecen resonar en las naves.
Más adelante, el Renacimiento y el Barroco despliegan su teatralidad y su maestría técnica en palacios, monasterios y plazas. La ruta por este Parnaso español conduce inevitablemente hacia El Escorial, una obra monumental que combina la sobriedad renacentista con la solemnidad de un imperio. Sus pasillos y claustros ofrecen al viajero una experiencia de contemplación, mientras la historia de reyes, monjes y artistas parece fluir en cada rincón. La Sevilla barroca, con la elegancia de sus iglesias y la alegría de sus plazas, o la Salamanca universitaria, que combina la sabiduría de sus aulas con la belleza de su plateresco, son hitos imprescindibles en este viaje por la arquitectura que define la identidad de España.

El recorrido por este Parnaso no estaría completo sin adentrarse en la modernidad y la audacia contemporánea. Las obras de Antoni Gaudí en Barcelona, como la Sagrada Familia o el Parque Güell, transportan al viajero a un mundo donde la naturaleza se convierte en arquitectura y el color dialoga con la luz mediterránea. Ciudades como Valencia sorprenden con espacios como la Ciudad de las Artes y las Ciencias, donde la imaginación de Santiago Calatrava redefine el paisaje urbano. Incluso el Bilbao moderno, con el Guggenheim de Frank Gehry, es una muestra de cómo la arquitectura puede transformar la identidad de una ciudad y convertirla en un destino turístico internacional.
Recorrer el Parnaso español de la arquitectura es mucho más que una lección de historia del arte. Es una invitación a mirar, a sentir y a vivir cada espacio como un puente entre el pasado y el presente. Cada edificio cuenta una historia, cada callejuela encuadrada por fachadas antiguas guarda secretos, y cada plaza abierta al cielo invita al descanso y la contemplación. Para el viajero, este itinerario arquitectónico no solo deja fotografías y recuerdos, sino también la certeza de haber caminado por un país donde la belleza construida forma parte del alma nacional.
