
Redacción (Madrid)
España es un país que sabe disfrutar de las pausas, y pocas son tan dulces como la merienda. Aunque no tiene la fama internacional del desayuno o la cena, la merienda en España es casi un ritual, un momento de encuentro entre amigos, un respiro a media tarde o un pequeño lujo cotidiano. Y hay lugares que elevan esa costumbre a una experiencia memorable, con propuestas que combinan tradición, creatividad y buen gusto.

En Madrid, La Duquesita, pastelería centenaria recuperada por Oriol Balaguer, ofrece una merienda digna de reyes. Sus croissants de mantequilla y sus pastelitos de chocolate o frutas son una obra de arte, acompañados por cafés cuidados y una atmósfera que huele a historia y elegancia. No muy lejos, en el barrio de Malasaña, HanSo Café reinterpreta la merienda en clave moderna, con bollería artesanal y bebidas de especialidad que atraen a quienes buscan una experiencia más contemporánea.

En Barcelona, la tradición catalana encuentra su mejor versión en Escribà, la histórica pastelería del Paral·lel que lleva más de un siglo endulzando la ciudad. Aquí, una merienda puede incluir desde un xuixo de crema hasta un trozo de tarta Sacher, todo presentado con un toque artístico. Para quienes prefieren lo saludable sin renunciar al sabor, Brunch & Cake ofrece opciones con frutas, granolas caseras y panes integrales, en un entorno fresco y desenfadado.

Más al norte, en San Sebastián, merendar también es un placer elevado. En Pastelería Otaegui, con vistas al casco antiguo, los bizcochos esponjosos y las trufas de chocolate se acompañan con un café servido con calma, como todo lo que ocurre en esta ciudad que venera la gastronomía. En Oviedo, Camilo de Blas mantiene viva la tradición con su mítica moscovita, una delicia de almendra y chocolate que se ha vuelto símbolo de la merienda asturiana.

Andalucía también tiene lo suyo. En Sevilla, La Campana es sinónimo de historia y dulzura. Desde 1885, sus vitrinas repletas de dulces árabes, hojaldres y merengues invitan a detenerse y saborear con pausa. En Granada, una merienda en el Mirador de Morayma ofrece no solo postres caseros, sino también una vista privilegiada de la Alhambra, convirtiendo el momento en un recuerdo imborrable.

La merienda en España es más que un tentempié: es una expresión cultural, una excusa para conversar, un puente entre el día y la noche. Desde los salones clásicos hasta los cafés de autor, el país ofrece infinitas formas de disfrutarla. Y en cada ciudad, en cada esquina, siempre habrá un lugar donde el tiempo parece detenerse frente a una taza caliente y un bocado dulce.