

Redacción (Madrid)
En el corazón del Mediterráneo occidental, la isla de Menorca alberga un legado arqueológico excepcional: la cultura talayótica. Este conjunto de monumentos prehistóricos, que se desarrolló entre el 1600 a.C. y el 123 a.C., fue reconocido en 2023 como Patrimonio Mundial por la UNESCO, destacando su valor universal excepcional y su estado de conservación .
Menorca cuenta con más de 1.500 yacimientos arqueológicos, siendo la isla con mayor densidad de restos prehistóricos por kilómetro cuadrado en el mundo . Estos yacimientos incluyen asentamientos, necrópolis, santuarios y estructuras monumentales que reflejan una arquitectura ciclópea única, construida con grandes bloques de piedra sin mortero.
Naveta des Tudons: Considerada el edificio íntegramente conservado más antiguo de Europa, esta construcción funeraria en forma de nave invertida data de la Edad del Bronce y es uno de los símbolos más emblemáticos de la isla .
Torre d’en Galmés: Uno de los poblados talayóticos más grandes de las Islas Baleares, situado sobre una colina que ofrece vistas panorámicas del sur de Menorca. Se conservan tres grandes talayots y numerosas casas circulares.
Trepucó: Este asentamiento destaca por su imponente talayot central y su taula, la más alta de Menorca, que podría haber tenido una función religiosa o astronómica .

Calescoves: Una necrópolis con más de 90 cuevas funerarias excavadas en los acantilados, utilizada desde la Edad del Bronce hasta la época romana. La cala también fue un importante fondeadero en la antigüedad.
La cultura talayótica no solo se manifiesta en sus monumentos, sino también en el paisaje menorquín. Las construcciones de piedra seca, como muros y terrazas, son herencia directa de esta cultura y configuran un entorno agrícola que ha perdurado hasta nuestros días .
Explorar la Menorca talayótica es adentrarse en una historia milenaria. La isla ofrece rutas arqueológicas bien señalizadas y centros de interpretación que permiten al visitante comprender la importancia de este patrimonio. Además, la integración de la cultura talayótica en la oferta turística promueve un turismo sostenible y respetuoso con el entorno.
La Menorca talayótica es un testimonio excepcional de una cultura prehistórica que supo adaptarse y prosperar en un entorno insular. Su reconocimiento como Patrimonio Mundial subraya la necesidad de preservar y valorar este legado, invitando a los visitantes a descubrir una de las joyas arqueológicas más importantes del Mediterráneo.
