Cuba se prepara para FITCuba 2025, una oportunidad para revitalizar su turismo

Redacción (Madrid)

Mañana, 30 de abril, La Habana se convertirá en el epicentro del turismo caribeño con la inauguración de FITCuba 2025, la 43ª edición de la Feria Internacional de Turismo de Cuba. El evento se llevará a cabo hasta el 3 de mayo en el emblemático Parque Histórico Militar Morro-Cabaña, con la República Popular China como país invitado de honor y un enfoque especial en las tradiciones cubanas como producto turístico

FITCuba 2025 llega en un momento crucial para la industria turística cubana. Durante el primer trimestre del año, el país experimentó una disminución del 29.7% en la llegada de visitantes internacionales en comparación con el mismo período de 2024, afectado por la reducción de turistas provenientes de mercados clave como Rusia, Canadá y la comunidad cubana en el exterior.

Esta situación resalta la importancia de FITCuba como plataforma para reactivar el sector y atraer nuevos inversores y visitantes.

El programa de FITCuba 2025 incluye una variedad de actividades diseñadas para promover la cultura y el turismo cubano. Entre ellas se destacan la Competencia Gastronómica en el Patio de los Jagüeyes, la Gala Cultural Cuba-China en el Teatro Karl Marx y la clausura oficial en el Cabaret Tropicana, donde se presentará un espectáculo renovado y se anunciará FITCuba 2026.

Una de las novedades de esta edición es el énfasis en la transformación digital del turismo. Se abordarán temas como la implementación de tecnologías en los Destinos Turísticos Inteligentes (DTI), nuevos paradigmas para la formación en turismo y soluciones digitales para mejorar la experiencia del visitante.

A pesar de los desafíos actuales, FITCuba 2025 representa una oportunidad para que Cuba muestre su compromiso con la revitalización del turismo. Con un enfoque en la cultura, la innovación y la colaboración internacional, el evento busca posicionar a la isla como un destino atractivo y competitivo en el Caribe.

Con la participación de profesionales del sector turístico de más de cien naciones, FITCuba 2025 se perfila como un evento determinante para el futuro del turismo en Cuba.

La ruta del café en Cuba, un viaje al corazón de la historia y el sabor

Redacción (Madrid)

Más allá del tabaco y el ron, Cuba guarda una tradición cafetalera profunda, forjada hace siglos por emigrantes franceses que huían de la Revolución de Haití a principios del siglo XIX. Estos colonos encontraron en las elevaciones de la Sierra Maestra y la Sierra Cristal un clima ideal para cultivar un grano que, hasta hoy, sigue siendo símbolo de hospitalidad y cultura en la isla.

Un viaje por el legado cafetalero

La Ruta del Café recorre antiguas plantaciones cafetaleras, muchas de ellas ahora en ruinas majestuosas, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2000 bajo el título de “Paisaje arqueológico de las primeras plantaciones de café en el sudeste de Cuba”. En estas fincas, como La Isabelica, Fraternidad o Santa Paulina, aún se pueden ver los vestigios de las casas de vivienda, los secaderos de café, los molinos de piedra y las estructuras hidráulicas que sostenían toda una economía.

En particular, La Isabelica, ubicada cerca de Santiago de Cuba, ha sido restaurada como museo, ofreciendo una ventana viva a la vida cotidiana de los caficultores franco-haitianos. Su arquitectura sobria, adaptada al clima tropical, y su colección de objetos originales transportan al visitante a una época donde el café era sinónimo de riqueza y supervivencia.

El café cubano, identidad en cada sorbo

Aunque otros países latinoamericanos han llevado el protagonismo en la producción mundial, el café cubano mantiene una calidad notable, especialmente el cultivado de forma orgánica en las montañas orientales. De cuerpo medio, notas terrosas y un retrogusto dulce, el café cubano expresa en su sabor la rusticidad y nobleza de su tierra.

La cultura del café en Cuba va más allá del producto: es un ritual social. El cafecito es ofrecido como un gesto de bienvenida, un instante de pausa y conversación, siempre servido en tazas pequeñas, intensas, y acompañado de una sonrisa.

La experiencia turística, entre naturaleza e historia

Hoy, la Ruta del Café no solo atrae a historiadores o amantes del café, sino también a viajeros ávidos de experiencias auténticas. Caminatas entre plantaciones de altura, visitas a museos locales, degustaciones artesanales y convivencias con campesinos forman parte del recorrido.

Además, la ruta se entrelaza con espacios naturales imponentes como el Parque Nacional Gran Piedra, donde se puede contemplar una vista panorámica espectacular desde un gigantesco bloque de roca volcánica, o el Parque Nacional Alejandro de Humboldt, joya de biodiversidad cubana.

Un futuro entre sostenibilidad y memoria

Actualmente, esfuerzos locales e internacionales buscan revitalizar las plantaciones de café en Cuba, no solo como motor económico, sino como forma de preservar una herencia cultural que habla de resistencia, adaptación y mestizaje.

Recorrer la Ruta del Café es, entonces, más que una simple actividad turística: es sumergirse en una historia de migraciones, sueños truncados y sabores que, pese a los siglos, aún resisten el paso del tiempo en cada sorbo.

Baracoa, la ciudad primada de Cuba, donde la historia y la naturaleza se entrelazan

Redacción (Madrid)

En el extremo oriental de Cuba, entre montañas cubiertas de selva y ríos cristalinos, se encuentra Baracoa, la primera ciudad fundada por los españoles en la isla. Establecida el 15 de agosto de 1511 por Diego Velázquez de Cuéllar, bajo el nombre de Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa, esta ciudad es conocida como la «Ciudad Primada» por ser el asentamiento colonial más antiguo de Cuba.

Baracoa cautiva con su entorno natural exuberante. Rodeada por la Sierra del Purial y bañada por el Océano Atlántico, la ciudad está enclavada entre ríos como el Toa, el más caudaloso de Cuba, y el Miel. El Yunque, una montaña con forma de yunque que se eleva a 575 metros sobre el nivel del mar, es un símbolo distintivo de la región.

Baracoa, una maravilla oculta en Cuba, Lugares y Más

El aislamiento geográfico de Baracoa, debido a su ubicación entre montañas, la mantuvo relativamente apartada del resto de la isla hasta la construcción en 1964 de la carretera La Farola, una obra de ingeniería que conecta la ciudad con Guantánamo a través de un serpenteante trayecto montañoso con impresionantes vistas panorámicas.

La ciudad conserva vestigios de su rica historia. La Catedral de Nuestra Señora de la Asunción alberga la Cruz de la Parra, considerada una de las 29 cruces que Cristóbal Colón colocó en sus viajes y la única que se conserva en Cuba. Fortalezas como El Castillo y Matachín, construidas para defender la ciudad de ataques piratas, hoy sirven como museos y hoteles que narran el pasado colonial de Baracoa.

La gastronomía local es otro de sus atractivos. Platos como el bacán, elaborado con plátano verde y envuelto en hojas de plátano, y el cucurucho, una mezcla dulce de coco, miel y frutas tropicales, reflejan la fusión de tradiciones indígenas, africanas y europeas.

Baracoa también es puerta de entrada al Parque Nacional Alejandro de Humboldt, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, que alberga una biodiversidad única con numerosas especies endémicas de flora y fauna.


Descubriendo el secreto mejor guardado de República Dominicana, Playa Esmeralda en Miches

Redacción (Madrid)

Cuando se piensa en República Dominicana, es común imaginar destinos como Punta Cana o Samaná. Sin embargo, existen rincones menos conocidos que ofrecen una experiencia auténtica y alejada del turismo masivo. Uno de estos tesoros ocultos es Playa Esmeralda, ubicada en Miches, un pequeño pueblo pesquero en la costa este del país.

Playa Esmeralda se caracteriza por su belleza natural y su estado prácticamente virgen. Rodeada de exuberante vegetación y montañas, esta playa ofrece aguas cristalinas y arenas blancas, creando un entorno ideal para quienes buscan tranquilidad y conexión con la naturaleza. A diferencia de otras playas más concurridas, aquí es posible disfrutar de la serenidad del mar sin las aglomeraciones típicas del turismo convencional.

El acceso a Playa Esmeralda es relativamente sencillo, pero su ubicación apartada ha permitido preservar su entorno natural. Este aislamiento ha contribuido a mantener la biodiversidad de la zona, convirtiéndola en un ejemplo de turismo sostenible. Los visitantes pueden explorar los alrededores mediante caminatas ecológicas, observación de aves y otras actividades que promueven el respeto por el medio ambiente.

Miches, el pueblo cercano a Playa Esmeralda, conserva su esencia tradicional y ofrece a los viajeros una visión genuina de la vida dominicana. Los habitantes locales son conocidos por su hospitalidad, y es común encontrar pequeños restaurantes donde se pueden degustar platos típicos preparados con ingredientes frescos de la región. Esta combinación de belleza natural y cultura local proporciona una experiencia enriquecedora y única.

Playa Esmeralda en Miches representa una alternativa perfecta para aquellos que desean descubrir la República Dominicana más allá de los destinos turísticos habituales. Su entorno natural preservado, la autenticidad de su comunidad y la tranquilidad que ofrece la convierten en un lugar ideal para quienes buscan una experiencia de viaje diferente y significativa.

Las joyas ccultas de Cuba, un recorrido por sus cascadas más impresionantes

Redacción (Madrid)

Cuando se piensa en Cuba, es fácil imaginar playas de arena blanca, ciudades coloniales detenidas en el tiempo y ritmos de son cubano flotando en el aire. Pero más allá de los clichés turísticos, existe una Cuba secreta, salvaje y desbordante de naturaleza: la de sus cascadas.

Repartidas a lo largo del país, especialmente en sus zonas montañosas, las cascadas cubanas son verdaderos tesoros escondidos. Rodeadas de espesa vegetación tropical, no solo ofrecen un espectáculo visual, sino también una experiencia sensorial completa: el sonido del agua golpeando las rocas, la brisa fresca que alivia el calor del Caribe y la oportunidad de explorar un lado más íntimo de la isla.

El Nicho: el paraíso de Cienfuegos

Ubicado en el Parque Natural El Nicho, en plena Sierra del Escambray, esta serie de saltos de agua es probablemente uno de los destinos naturales más famosos de Cuba. Para llegar, se atraviesa un sinuoso camino de montaña que culmina en un paisaje de piscinas naturales de color turquesa, rodeadas de helechos y orquídeas. La caminata hacia las cascadas, a través del sendero «Reino de las Aguas», es una experiencia en sí misma.

Vegas Grandes, una maravilla natural en Cuba, Lugares y Más

Salto del Hanabanilla: entre montañas y niebla

También en el Escambray, el Salto del Hanabanilla emerge como una maravilla oculta. Con más de 30 metros de altura, esta cascada alimenta el lago Hanabanilla, el único lago de montaña de Cuba. Rodeada por una atmósfera casi mística de neblina y vegetación densa, el Hanabanilla es un lugar donde el tiempo parece detenerse.

Vegas Grandes: la joya de Topes de Collantes

Dentro del Parque Natural Topes de Collantes, en la provincia de Sancti Spíritus, se encuentra la cascada Vegas Grandes. Llegar a ella no es tarea fácil: requiere una caminata exigente a través de senderos empinados y resbaladizos. Pero el esfuerzo se ve recompensado con un impresionante salto de agua de 30 metros que forma una profunda piscina azul en medio de un cañón rocoso.

Cascada de Soroa: el Arcoíris de Cuba

En la provincia de Artemisa, a solo una hora de La Habana, Soroa ofrece una alternativa accesible para los amantes de la naturaleza. Apodada «el arcoíris de Cuba» por la frecuencia con que se forman arcoíris en su entorno brumoso, la cascada de Soroa cae desde 22 metros de altura, en medio de un frondoso bosque de la Sierra del Rosario, una Reserva de la Biosfera.

Un turismo de aventura aún por descubrir

A pesar de su belleza, las cascadas de Cuba siguen siendo relativamente desconocidas para el turismo de masas. Esta baja exposición ha permitido que muchos de estos lugares conserven su carácter prístino. Para quienes buscan una Cuba diferente, lejos del bullicio de Varadero o de los circuitos tradicionales, explorar sus cascadas representa una aventura auténtica y memorable.

Nos relajamos con una canchánchara en la mano… Descubre el cóctel cubano definitivo

Redacción (Madrid)

En un rincón empedrado de Trinidad, Cuba, cuando el sol cae y el aire tibio se mezcla con los acordes de un tres cubano, hay una escena que se repite una y otra vez: locales y viajeros alzan en alto vasos de barro, brindando con una bebida que encierra en sí misma la historia, la tradición y el sabor de la isla. Esa bebida es la canchánchara.

Mucho antes de que el mojito y el daiquirí conquistaran el mundo, la canchánchara ya corría por las venas del pueblo cubano. Se dice que los mambises —los guerrilleros independentistas del siglo XIX— la preparaban para combatir el frío y las enfermedades durante sus luchas en la manigua. Y no es de extrañar: con su mezcla de aguardiente, miel de abeja, jugo de limón y agua, esta pócima criolla era tanto estimulante como medicina casera.

Pero más allá de su origen épico, lo que hace especial a la canchánchara es su autenticidad. Este cóctel no pretende impresionar con ingredientes exóticos ni técnicas complejas. Es una bebida honesta, rústica, nacida del ingenio popular y de lo que había a mano. Y quizás por eso, hoy, en un mundo que busca reconectar con lo real, la canchánchara está viviendo un renacer.

Servida tradicionalmente en jarros de barro que conservan el frescor, su sabor es un equilibrio casi perfecto entre dulzura, acidez y el golpe cálido del aguardiente. Cada sorbo evoca la tierra, la resistencia y el carácter de Cuba. Y si cierras los ojos mientras la bebes, puedes casi sentir el crujir de la caña bajo el sol, escuchar el eco de los machetes y saborear la historia viva de una nación.

Hoy, bares de autor y coctelerías de todo el mundo están redescubriendo la canchánchara, reinterpretándola con rones añejos o siropes infusionados, pero sin perder su esencia. Sin embargo, para entenderla de verdad, hay que beberla donde nació: en una casona colonial de Trinidad, con la brisa del Caribe acariciando la piel y un son de fondo que hace bailar hasta al alma más cansada.

La ruta del tabaco en Viñales, entre mogotes, tradición y aroma a habano

Redacción (Madrid)

En el corazón del occidente cubano, donde los mogotes calizos emergen como gigantes dormidos y el tiempo parece avanzar al ritmo de una guajira, se encuentra Viñales, joya verde de la provincia de Pinar del Río. Aquí nace uno de los productos más emblemáticos de Cuba: el tabaco. Y recorrer su ruta no es solo un viaje geográfico, sino una inmersión en la esencia misma de la cubanía.

Viñales: paisaje cultural y alma rural

Declarado Paisaje Cultural de la Humanidad por la UNESCO, el Valle de Viñales deslumbra por su belleza natural, pero también por el modo en que la vida campesina ha logrado convivir con ella sin alterar su equilibrio. A caballo, en bicicleta o a pie, el visitante recorre senderos que serpentean entre vegas de tabaco, casas de curado y plantaciones donde el verde de las hojas se funde con la tierra roja.

Del surco a la hoja: el arte del tabaco

El viaje comienza temprano en la mañana, cuando los guajiros –campesinos de manos curtidas y mirada franca– ya están en plena faena. El proceso es artesanal desde el primer momento: la siembra, el riego a mano, la selección hoja por hoja. Cada detalle cuenta. En Viñales, se cultiva el mejor tabaco del mundo, y la fama no es casual.

Las casas de secado, hechas de palma y madera, son templos de paciencia. Allí, las hojas se curan durante semanas, en un ritual ancestral que transforma la planta en materia prima para un puro de categoría mundial. Y luego viene el torcedor, el artista del habano, que convierte esas hojas en cilindros perfectos, llenos de aroma, historia y carácter.

Encuentro con los productores

En muchas fincas, como la popular Finca El Paraíso o La Cabaña del Tabaco, los productores reciben a los visitantes con hospitalidad auténtica. Ofrecen café criollo, ron casero y, por supuesto, un puro recién torcido. Relatan con orgullo cómo el tabaco cubano ha sido fumado por personajes históricos, desde Churchill hasta Hemingway.

Estas visitas son más que turísticas; son experiencias íntimas donde se aprende cómo el clima, la tierra y la tradición familiar se combinan para crear un producto de excelencia. No hay secretos, solo sabiduría campesina transmitida de generación en generación.

El tabaco y la identidad nacional

Más allá de su valor económico, el tabaco es símbolo de identidad nacional. Está presente en la música, la literatura y la vida cotidiana del cubano. La Ruta del Tabaco no es solo una oportunidad para entender su cultivo, sino para conectar con la raíz más profunda del alma isleña.

48 horas descubriendo San Francisco

Redacción (Madrid)

San Francisco es una ciudad que cautiva desde el primer instante. Con sus empinadas colinas, tranvías históricos, arquitectura victoriana y su emblemático Golden Gate, esta joya californiana ofrece una experiencia intensa incluso en una escapada de 48 horas. Dos días bastan para dejarse seducir por su carácter cosmopolita, su espíritu bohemio y su paisaje urbano único.

El primer día arranca inevitablemente con una visita al Golden Gate Bridge. Cruzarlo a pie o en bicicleta es casi un ritual para quien llega por primera vez. Desde allí, las vistas del Pacífico, de la bahía y de la ciudad son impresionantes. A continuación, es imprescindible un paseo por el parque Golden Gate, donde conviven museos como el de Young y el Academy of Sciences con tranquilos jardines japoneses y senderos arbolados.

La tarde se presta para recorrer Fisherman’s Wharf, uno de los barrios más turísticos pero también más vibrantes de la ciudad. Las focas de Pier 39, el aroma de pan de masa madre en Boudin Bakery y una sopa de almejas servida en pan redondo son parte de la experiencia. Desde allí se puede tomar un ferry a la isla de Alcatraz para descubrir la historia de la prisión más famosa del mundo. Las vistas de la ciudad desde la isla, al atardecer, son sencillamente mágicas.

El segundo día empieza en Chinatown, el barrio chino más antiguo de América del Norte. Sus faroles rojos, templos, mercados y restaurantes ofrecen un viaje exótico dentro de la ciudad. De ahí, caminar hasta North Beach —el barrio italiano— es una delicia. Cafés, librerías y pastelerías invitan a quedarse. Muy cerca se encuentra la Coit Tower, desde donde se obtiene otra panorámica espectacular.

Antes de dejar la ciudad, es imprescindible subir a un tranvía. El recorrido desde Market Street hasta Nob Hill resume el encanto nostálgico de San Francisco. Y si queda tiempo, el barrio de Mission, con sus murales callejeros y su aire alternativo, cierra el viaje con una nota vibrante y artística.

San Francisco en 48 horas no se resume, se vive. Cada rincón ofrece una postal, cada barrio una historia, cada paseo una emoción. Es una ciudad que deja huella, incluso cuando el reloj corre más deprisa de lo que uno desearía.

Cienfuegos, donde la historia abraza al mar

Redacción (Madrid)

Ubicada en la costa sur de Cuba, Cienfuegos es más que una ciudad; es un testimonio viviente del mestizaje cultural, la elegancia arquitectónica y la identidad resiliente de un pueblo que ha sabido reinventarse entre aguas tranquilas y siglos convulsos.

La Perla del Sur

Apodada con razón «La Perla del Sur», Cienfuegos deslumbra desde el primer vistazo. Fundada en 1819 por colonos franceses bajo el amparo de la corona española, su traza urbana ordenada, de inspiración neoclásica, revela una ambición civilizadora poco común en el Caribe de aquel entonces. Hoy, ese legado sigue intacto, y su centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2005.

El Malecón y el alma marinera

Caminar por el malecón cienfueguero es adentrarse en una postal perpetua. Las aguas de la bahía –una de las más protegidas y profundas del país– acunan embarcaciones mientras se filtran en las conversaciones de pescadores, niños y turistas. Aquí, el mar no es frontera, sino punto de encuentro, un espejo que refleja la identidad de toda una región.

Arquitectura con acento francés

Pocas ciudades cubanas presumen de un trazado tan pulcro, de calles tan amplias y avenidas que parecen respirar al compás del sol. El Parque Martí, corazón simbólico de la ciudad, está rodeado de joyas como el majestuoso Teatro Tomás Terry, el Palacio de Gobierno y la Catedral de la Purísima Concepción. Cada edificio es un capítulo que narra la historia de Cienfuegos con una voz clara, elegante y a la vez resistente.

Una cultura que late fuerte

Cienfuegos no vive del pasado. Su presente cultural es dinámico y diverso. La música –sobre todo la trova y el son– se siente en las esquinas y en espacios como la Casa de la Cultura, donde jóvenes artistas conviven con viejas glorias. Y cómo no mencionar al eterno Benny Moré, “el Bárbaro del Ritmo”, hijo ilustre de estas tierras que puso a bailar a todo un continente.

Retos y futuro

Como el resto de Cuba, Cienfuegos enfrenta retos económicos, migratorios y sociales. Pero su gente, hospitalaria y tenaz, mantiene viva la esperanza. Las iniciativas de turismo sostenible, la revalorización del patrimonio y el impulso a la economía local dibujan un horizonte en construcción.

Playa Bávaro: bienvenidos al paraíso dominicano

Redacción (Madrid)

Playa Bávaro, ubicada en la costa este de la República Dominicana, es un destino que combina playas paradisíacas, actividades emocionantes y una infraestructura turística de primer nivel.

Con su arena blanca y aguas turquesas, Playa Bávaro ha sido reconocida como una de las mejores playas del mundo, ocupando la posición número 23 a nivel global y la número 7 en el Caribe. Este entorno natural ofrece un escenario perfecto para relajarse bajo las palmeras y disfrutar del sol caribeño.

Más allá del descanso, Playa Bávaro ofrece una amplia gama de actividades. Los visitantes pueden practicar snorkel, buceo, kayak, paddle surf, pesca, senderismo y vela. Además, se pueden realizar excursiones en buggy o ATV por la zona, incluyendo visitas a cuevas y degustaciones de productos locales como la mamajuana.

La zona cuenta con una amplia oferta hotelera, desde resorts de lujo hasta alojamientos más modestos, muchos de los cuales ofrecen paquetes todo incluido. La gastronomía local es otro de sus atractivos, con restaurantes que sirven desde platos típicos dominicanos hasta cocina internacional.

Playa Bávaro ha obtenido la certificación europea «Bandera Azul», que garantiza altos estándares de calidad ambiental y servicios. Además, la región ha implementado medidas para combatir el sargazo, una macroalga que afecta a las playas caribeñas, utilizando barreras y barcazas para mantener las playas limpias.

Playa Bávaro es un destino que ofrece una combinación perfecta de belleza natural, actividades emocionantes y servicios de calidad. Ya sea para relajarse en la playa, explorar la naturaleza o disfrutar de la cultura local, es un lugar que promete una experiencia inolvidable en el corazón del Caribe.