Redacción (Madrid)
En el corazón de la isla de Cuba, donde las llanuras se funden con la historia, se encuentra Camagüey, una de las ciudades más antiguas del país y, sin duda, una de las más singulares. Fundada originalmente en 1514 con el nombre de Santa María del Puerto del Príncipe, esta urbe ha crecido envuelta en una atmósfera de tradiciones, calles sinuosas y una identidad profundamente marcada por la cultura y el arte.
Un diseño urbano con historia
Camagüey no se parece a ninguna otra ciudad cubana. Su casco histórico —declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2008— es un laberinto de callejones, plazas escondidas y pasajes curvos que desconciertan incluso al visitante más orientado. Este trazado no obedece al azar: según historiadores, fue diseñado así para confundir a posibles invasores, especialmente los temidos piratas del Caribe.
Caminar por sus calles empedradas es una experiencia inmersiva. Las fachadas pastel de estilo colonial, los portales de hierro forjado y los patios interiores con vegetación tropical transportan al pasado. Todo esto en un entorno donde el tiempo parece haberse detenido sin renunciar a la vitalidad de la vida contemporánea.
La ciudad de los tinajones
Una de las imágenes más emblemáticas de Camagüey son los tinajones: grandes vasijas de barro que alguna vez se usaron para recolectar agua de lluvia. Hoy en día, estas piezas de alfarería se han convertido en símbolo de la ciudad y pueden encontrarse adornando parques, patios, jardines y museos. La leyenda local dice que quien bebe agua de un tinajón camagüeyano siempre regresa.
Cultura viva en cada rincón
Camagüey es también cuna y refugio de artistas. La ciudad alberga numerosos teatros, galerías y centros culturales. Destacan instituciones como el Ballet de Camagüey, uno de los más prestigiosos del país, y el Teatro Principal, donde convergen la danza, la música y las artes escénicas.
En sus calles, el arte no se limita a los espacios cerrados. Murales, esculturas y proyectos comunitarios como el del artista Martha Jiménez en la Plaza del Carmen, integran la creación artística a la vida cotidiana. Camagüey vive y respira cultura.
Plazas y espiritualidad
La ciudad cuenta con múltiples plazas, cada una con su propia personalidad. La Plaza San Juan de Dios es quizás la más encantadora, rodeada por construcciones coloniales perfectamente conservadas y una pequeña iglesia. También destaca la Catedral de Nuestra Señora de la Candelaria, recientemente restaurada, que domina el centro urbano y se alza como testimonio de la espiritualidad camagüeyana.
Un destino por descubrir
A pesar de su riqueza cultural y arquitectónica, Camagüey ha sido tradicionalmente uno de los destinos menos explorados por el turismo internacional. Esto le ha permitido conservar una autenticidad rara en otras ciudades de mayor tránsito. El visitante encontrará aquí una ciudad vibrante, amable y profundamente enraizada en sus costumbres.
Con una oferta creciente de casas de hospedaje, cafeterías artísticas y recorridos guiados a pie o en bicitaxi, Camagüey se perfila como un punto imprescindible para quienes buscan conocer la esencia más íntima y auténtica de Cuba.