Explorando la elegancia de Gion, un viaje a la tradición Japonesa

Redacción (Madrid)

Gion, un distrito histórico en Kioto, Japón, es un tesoro cultural que nos transporta a épocas pasadas. Con sus calles empedradas, casas de madera tradicionales y la presencia constante de maikos y geishas, Gion ofrece una experiencia única que fusiona el encanto del Japón antiguo con la elegancia moderna.

En el corazón de Gion se encuentra Hanami-koji, una calle icónica que se convierte en un escenario mágico al caer la tarde. Las linternas de papel iluminan el camino, creando una atmósfera fascinante que nos sumerge en la autenticidad de la cultura japonesa. Pasear por estas calles es como dar un paso atrás en el tiempo, sintiendo la esencia de la tradición que impregna cada rincón.

La presencia de las geishas y maikos añade un toque especial a Gion. Con sus kimonos elaboradamente decorados y su elegancia única, estas artistas tradicionales son símbolos vivientes de la cultura japonesa. Es posible tener encuentros con ellas mientras se desplazan entre las casas de té y los teatros, creando un vínculo entre el pasado y el presente.

Las casas de té, conocidas como ochayas, son una parte integral de la experiencia en Gion. Aquí, se puede disfrutar de la ceremonia del té y sumergirse en la refinada hospitalidad japonesa. La atención al detalle y la tranquilidad de estos espacios ofrecen una pausa serena en medio del bullicio de la ciudad moderna.

Durante el día, el Santuario Yasaka, situado en el extremo sur de Gion, brinda un escape espiritual. Sus torii (puertas tradicionales japonesas) rojas destacan entre el verde de los árboles, creando un paisaje sereno que invita a la reflexión. Este santuario, con sus festivales vibrantes y su conexión con la historia, agrega una dimensión espiritual a la experiencia en Gion.

La culminación perfecta de una jornada en Gion es una cena en uno de los restaurantes tradicionales. Aquí, se puede saborear la auténtica cocina kaiseki, una experiencia gastronómica refinada que presenta una variedad de platos exquisitos y estacionales. La presentación artística y la calidad de los ingredientes son una celebración de la excelencia culinaria japonesa.

En resumen, Gion es un enclave que encapsula la rica herencia cultural de Japón. Ya sea explorando las calles históricas, interactuando con geishas o sumergiéndose en la ceremonia del té, cada momento en Gion es una ventana al Japón tradicional. Este distrito emblemático nos recuerda que, en medio de la modernidad, aún podemos encontrar lugares donde la tradición y la elegancia se entrelazan de manera armoniosa.

Senso-Ji, un espacio sagrado en el corazón de una metrópolis

Redacción (Madrid)

En el corazón de la bulliciosa metrópolis de Tokio, donde la modernidad y la tradición convergen, se alza un monumento de serenidad y espiritualidad: el templo Senso-ji. Con una historia que se remonta a siglos atrás y una atmósfera que invita a la contemplación, el Senso-ji se destaca como el mayor templo de Tokio y una joya cultural y religiosa que atrae a visitantes de todo el mundo.

Situado en el distrito de Asakusa, el templo Senso-ji es un enclave venerado y una atracción turística de renombre en la capital japonesa. Su historia se dice que se remonta al año 628 d.C., cuando, según la leyenda, una estatua dorada de la diosa Kannon fue encontrada en el río Sumida por dos pescadores. Esta estatua, ahora resguardada en el templo, se convirtió en el núcleo de la adoración y estableció el templo Senso-ji como un lugar sagrado de devoción y peregrinación.

Ritual de purificación en el Templo Senso-Ji, Lugares y Más

Al entrar al recinto del Senso-ji, los visitantes son recibidos por la majestuosa puerta Kaminarimon, conocida como la «Puerta del Trueno». Esta puerta imponente, coronada por una enorme lámpara de papel, marca la entrada al templo y es un símbolo icónico de la ciudad de Tokio. Cruzar bajo la Kaminarimon es como traspasar una puerta hacia un mundo de espiritualidad y tranquilidad en medio del bullicio urbano.

El Nakamise-dori, un camino comercial que conduce al templo, está repleto de tiendas que ofrecen souvenirs tradicionales, dulces japoneses y artículos artesanales. Este pasaje vibrante y colorido añade un toque de vitalidad a la experiencia, permitiendo a los visitantes explorar y adquirir recuerdos mientras se dirigen al templo.

Una vez dentro del recinto del Senso-ji, los visitantes son recibidos por la pagoda de cinco pisos y el edificio principal del templo. La pagoda, con su arquitectura elegante y su esencia espiritual, ofrece vistas panorámicas de los alrededores desde su plataforma de observación. El edificio principal, con su intrincada decoración y su aura de devoción, invita a los visitantes a reflexionar y conectarse con lo divino.

Una parte esencial de la visita al Senso-ji es la ceremonia de purificación. Los visitantes utilizan el temizuya, una fuente de agua con tazones de madera, para lavar sus manos y boca antes de acercarse al santuario. Este ritual simboliza la purificación espiritual y la apertura del corazón a la experiencia sagrada que aguarda.

El Senso-ji es también el epicentro de festivales y celebraciones anuales, como el Sanja Matsuri, que atrae a multitudes de personas vestidas con trajes tradicionales y participando en procesiones y rituales festivos.

En resumen, el templo Senso-ji de Tokio es mucho más que una atracción turística; es un refugio espiritual y un símbolo del arraigado legado cultural de Japón. En medio de la agitación de la vida urbana de Tokio, el Senso-ji ofrece un santuario de calma, reflexión y devoción. Explorar sus terrenos y participar en sus rituales es una oportunidad única para conectarse con la historia, la espiritualidad y la belleza arquitectónica de Japón, todo dentro de los límites de una metrópolis moderna.

La isla de los fantasmas, La ciudad fantasma de Japón

Redacción (Madrid)

La Isla Hashima, también conocida como la Isla de los Fantasmas, es un destino turístico único y fascinante en Japón. Situada a unos 15 kilómetros de la ciudad de Nagasaki, esta pequeña isla de forma triangular ha sido testigo de una historia industrial y humana sorprendente, convirtiéndose en un lugar de gran interés histórico y turístico.

Durante el siglo XIX, la Isla Hashima se convirtió en un importante centro de extracción de carbón debido a sus abundantes reservas de este valioso recurso. La industria minera atrajo a miles de trabajadores y sus familias, lo que llevó al rápido crecimiento de la población en la isla. Para dar cabida a esta población en aumento, se construyeron bloques de apartamentos de concreto de alta densidad en la isla, lo que resultó en una apariencia apretada y sombría, que se asemejaba a una ciudadela o fortaleza, de ahí su otro nombre, «Gunkanjima» o «Isla Acorazado».

Durante el apogeo de la industria minera en la década de 1950, la Isla Hashima era una de las áreas más densamente pobladas del mundo, con aproximadamente 5,000 personas viviendo en sus escasos 6.3 hectáreas de terreno. Sin embargo, a medida que la demanda de carbón disminuyó y las fuentes de energía cambiaron, la isla se fue despoblando gradualmente. Finalmente, en 1974, la mina cerró definitivamente y los habitantes abandonaron la isla, dejándola en un estado de deterioro y abandono.

Hoy en día, la Isla Hashima es un sitio histórico y una atracción turística gestionada por el gobierno japonés. Aunque durante muchos años estuvo cerrada al público debido a preocupaciones de seguridad, en 2009 se abrió una parte de la isla para el turismo, lo que permitió a los visitantes explorar y aprender sobre su pasado industrial.

Uno de los aspectos más destacados de la visita es el recorrido por los edificios en ruinas y las estructuras abandonadas que todavía se conservan en la isla. Estas ruinas cuentan la historia de una época pasada y ofrecen una visión fascinante de la vida en la isla durante el apogeo de la minería de carbón.

Además, la Isla Hashima ha sido utilizada como escenario para varias películas y documentales, lo que ha aumentado aún más su atractivo turístico. Su aspecto desolado y su atmósfera misteriosa han atraído la atención de cineastas y fotógrafos de todo el mundo.

La Isla Hashima es un destino turístico intrigante y evocador que transporta a los visitantes a una época pasada de la historia industrial de Japón. Su apariencia sombría y sus edificios en ruinas cuentan la historia de una comunidad que prosperó y luego se desvaneció en el tiempo. Para los amantes de la historia y la exploración, la Isla Hashima ofrece una experiencia única y memorable que deja una impresión duradera en quienes tienen la oportunidad de visitarla.

La crisis sanitaria del coronavirus acelera la llegada del turismo virtual en varios países

Redacción

Al utilizar la realidad virtual en las estrategias de marketing, se puede tener una gran influencia en el proceso de búsqueda de información de turistas potenciales o repetidos. Además se pueden generar contenidos premium con acceso de pago a visitas 3D a museos, edificios, monumentos… y con guía personal.
La realidad virtual puede ofrecer al turista también acceso a información sobre el destino de una forma mucho más precisa y fiable que en comparación con el material promocional tradicional.

Japón es el primer país que apuesta por el turismo virtual, Lugares y Más

El primer país en abrazar el turismo virtual ha sido Japón que comienza hoy 24 de octubre una serie de transmisiones en vivo a través de Facebook Live desde todo el archipiélago, empezando por las prefecturas de Shizuoka (centro) y Okinawa (sudoeste), en el marco del proyecto “Fun From Home” (diversión desde casa).
Esta iniciativa de turismo virtual, en la que las retransmisiones se harán en inglés, tiene como objetivo mantener vivo “el deseo de visitar Japón” de los turistas extranjeros, y ya tiene programadas otras tres retransmisiones para los días 8 y 14 de noviembre, y el 5 de diciembre, según explicó el organismo en un comunicado.

Las emisiones posteriores permitirán a los espectadores escuchar en directo canciones tradicionales de la región de Okinawa, en el sudoeste del archipiélago; participar en un festival de otoño en la ciudad de Kawaguchiko, famosa por sus vistas del monte Fuji; o visitar los jardines Ritsurin de la ciudad de Takamatsu (oeste).