Redacción

En el medio del Atlántico, las islas de Madeira y de Porto Santo son un refugio de belleza natural. Entre el azul del mar y el verde esmeralda de la vegetación destaca el exótico colorido de las flores, en un archipiélago en el que dos tercios de su superficie son área protegida y en el que se encuentra el mayor bosque de laurisilva del mundo.

La temperatura primaveral que se disfruta todo el año invita a la práctica de actividades al aire libre. Pueden realizarse paseos a pie aprovechando la red de recorridos por las levadas (conducciones de agua), visitar la ciudad de Funchal y conocer el patrimonio relacionado con la época de los Descubrimientos, o recorrer la isla por libre. Los paseos en barco son una excelente opción para conocer la costa y disfrutar de una perspectiva diferente.

En un entorno acogedor por naturaleza, equilibrio y bienestar son referencias habituales. Madeira ofrece varios complejos balnearios y acceso al mar con buenas condiciones para la náutica de recreo y para el submarinismo. La isla de Porto Santo, en particular, es el lugar ideal para huir del estrés y realizar un programa de talasoterapia. O unas vacaciones en la playa combinadas con unas partidas de golf.

Las festividades que se celebran a lo largo del año son una oportunidad para disfrutar de los sabores tradicionales de la gastronomía y para conocer Madeira en fiestas. Entre ellas destacan los desfiles de Carnaval, la Fiesta de la Flor, el Festival Atlántico y, sobre todo, los fuegos artificiales de fin de año.

Una Naturaleza única en Madeira, Lugares y Más

Un paseo por Madeira

A pesar de tener una superficie pequeña, Madeira es rica en escenarios majestuosos y de rara belleza. ¡Salimos al descubrimiento de los rincones más encantadores de este jardín flotante!

Madeira presenta sus localidades repartidas entre Funchal, capital del archipiélago, Caniço, la Costa Este (Santa Cruz y Machico), la Costa Oeste (Câmara de Lobos; Ribeira Brava; Ponta do Sol y Calheta), la Costa Norte (Porto Moniz; São Vicente y Santana) y Porto Santo.

Saliendo de Funchal en dirección oeste, encontrará la ciudad de Câmara de Lobos, un tipico pueblo pesquero y el Cabo Girão, el acantilado más alto de Europa y el segundo más alto del mundo (580 m). Encontrará también en este concejo la peculiar freguesía de Curral das Freiras. Situada en un valle profundo, Curral das Freiras presenta uno de los paisajes más impresionantes de la isla que, con sus vertiginosas vistas (más de 500 metros de altitud, desde su mirador – Eira do Serrado) causan la admiración de todos los visitantes.

Siguiendo hacia el oeste, visitamos el agradable pueblo de Ribeira Brava antes de subir hasta la Encumeada en un recorrido repleto de miradores que permiten observar las cimas de las montañas circundantes.

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